Noticia
Un documento orientador de CEPAL
para la transformación digital
“Digitalización y desarrollo: Un vínculo cada vez más fuerte: Los paradigmas tecnológicos determinan las sendas de desarrollo de los países” Observatorio de Desarrollo Digital. CEPAL. 2024
Resumen sumario
Durante las últimas décadas, los avances tecnológicos en los procesos de captura, almacenamiento, transmisión y análisis de datos e información han habilitado el desarrollo de nuevas tecnologías tales como la computación en la nube, la analítica de grandes datos, la Internet de las Cosas, la inteligencia artificial, las cadenas de bloque, etc. Estamos en presencia de ciclos de innovación cada vez más cortos con tecnologías más complejas, cuyo uso combinado ofrece aplicaciones innovadoras para el desarrollo de los países, a la vez que crean desafíos de política, de normativa y de institucionalidad.
La digitalización está transformando la economía y la sociedad al facilitar cambios e innovaciones en los modelos de interacción y comunicación social, de negocios, de producción y de provisión de servicios públicos. Tiene el potencial de aumentar la productividad, facilitar el acceso a mercados, crear nuevas industrias y nuevos trabajos, mejorar la provisión de servicios, aumentar el bienestar de las personas y viabilizar modelos de producción más sostenibles. Sin embargo, también puede significar nuevas fuentes de exclusión social, generar mayor concentración de riqueza, y generar nuevos riesgos en materia de privacidad, seguridad y protección de datos, además de mayor consumo energético, entre otros.
Los países que no avancean hacia la transformación digital, corren el riesgo de ralentizar su crecimiento y ampliar la brecha de competitividad, de inequidad y de desarrollo con los países que se encuentran en la frontera tecnológica. Pero el avance hacia la transformación digital debe darse con la precaución de no aumentar las brechas existentes y no dejar a nadie atrás Dadas las brechas preexistentes entre los países de América Latina y el Caribe y los de mayor desarrollo, tanto en el ámbito productivo (inversión, productividad e innovación) como en el social (pobreza, exclusión y desigual distribución del ingreso), la región comprometería sus posibilidades de desarrollo sostenible si no realizara cambios de fondo bajo la perspectiva de la nueva revolución industrial en curso, digital y sustentable.
El impacto de la transformación digital no es automático ni homogéneo entre los distintos países, empresas o personas. La concreción de sus beneficios potenciales dependerá de factores tales como los esfuerzos para potenciar la adopción tecnológica, las habilidades digitales de las personas, la estructura productiva y una gobernanza que atienda los retos emergentes.
El documento concluye destacando que, en la era digital, las políticas de desarrollo productivo no deben limitarse a la manufactura y los procesos de cambio estructural, sino ampliar su enfoque sectorial, considerando el carácter transnacional de los flujos digitales e incorporando nuevos sectores estratégicos, como los ecosistemas digitales. Del mismo modo, las políticas de desarrollo social deben adaptarse a la transformación tecnológica, enfocándose en la educación y el fortalecimiento de habilidades digitales, así como en el fomento de la educación en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, para contar con un mayor número de especialistas en tecnología. El futuro será digital y, por ende, condicionará todas las políticas de la región.