N.29 – Carrera de Bioingeniería

En el número anterior de nuestro Newsletter nos referimos a los fundamentos, valores y desafíos del proyectado Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico Empresarial de la Argentina – IUDPT (en formación).

En esta nota centramos nuestra atención en la proyectada carrera de grado de Bioingeniería, mediante una reseña de conceptos enunciados por el Dr. Ricardo Armentano –propuesto como director de la carrera- en su exposición “¿Por qué Bioingeniería Hoy y Aquí?” durante la jornada fundacional del 15 de junio pasado.

Señaló que durante los últimos años, ante escenarios notoriamente dinámicos, se vienen difundiendo nuevas visiones y paradigmas en materia de Bioingeniería. Con una visión superadora, se habla hoy de Ingenierías de la Vida para hacer referencia al desarrollo y aplicación de tecnologías para preservar la vida en sus distintas manifestaciones. Ello comprende hoy a la ingeniería biomédica, la biológica y la bioingeniería, cuyas cuestiones centrales evolucionan con los avances en distintas esferas (por ejemplo, genómica), desarrollándose campos como ingeniería de tejidos o regeneración celular, entre otros.

La Argentina cuenta con valiosos antecedentes en tales materias. Cabe señalar, por ejemplo, que en 1982 se fundó en nuestro país la primera carrera de Ingeniería Biomédica de América Latina. Sin embargo, cuando contemplamos ciertos focos candentes de la problemática local y global, podemos percibir muestro anclaje en visiones anacrónicas.

Asimismo enfatizó en la ingeniería biomédica traslacional, que gana creciente relevancia como espacio de interacción -mancomunada y fluida- de médicos, biólogos e ingenieros, para acelerar: (a) el tránsito de innovaciones desde el laboratorio hacia la práctica con pacientes, y (b) el acceso directo de los investigadores y tecnólogos a datos y evidencias provenientes de la práctica con pacientes. El hecho de que ingenieros, médicos y biólogos puedan interactuar y comprenderse, a través –prácticamente- de una hibridación interprofesional, facilita notablemente el referido tránsito de innovaciones, datos y evidencias.

En el marco de los pilares del proyecto formativo DPT, destacó el mandato de formar profesionales aptos para el mundo. Para ello señaló las siguientes prioridades: (a) pensar globalmente para actuar localmente, (b) integrar el conocimiento humanístico con el tecnológico, (c) traccionar la innovación con base en la diversidad, (d) adoptar una perspectiva holística e integradora, (e) abordar la complejidad en sus diversas dimensiones y manifestaciones, superando la linealidad y el relato ingenuo, (f) promover la flexibilidad para adaptarse dinámicamente a las necesidades de diversos clientes actuales y potenciales, y (g) inducir el desarrollo de capacidades cruciales en los nuevos escenarios, tales como creatividad, serendipia, interoperabilidad, colaboración y resiliencia.

Concluyó destacando que la concreción de las referidas prioridades demanda un ecosistema de mecenazgo que promueva la confluencia de las mejores mentes hacia la Universidad, de manera que ésta se constituya en un “hub” (nodo concentrador, multiplicador y distribuidor) de capacidades, ideas y soluciones innovadoras desde y para el mundo.