OPS/IRIS: Hojas Informativas COVID-19

Según la OMS, el brote y las diversas respuestas a la COVID-19 han estado acompañados de una infodemia masiva, es decir, de una cantidad excesiva de información ‒correcta o no‒ que dificulta el acceso a fuentes confiables y a orientación fidedigna por parte de quienes las necesitan.

En tal escenario cunden la desinformación y los rumores, junto con la manipulación de información con propósitos cuestionables o dudosos, todo ello amplificado hoy por las redes sociales y su capacidad de propagación viral de noticias.

La infodemia puede tener efectos desfavorables en la lucha contra la pandemia dado que: (a) dificulta el acceso a fuentes confiables y a información fidedigna, (b) las personas pueden experimentar ansiedad, depresión, agobio o agotamiento emocional al carecer de orientación fidedigna, (c) los procesos decisorios pueden distorsionarse por la dificultad para acceder a datos confiables, (d) no existen instancias de control de calidad sobre lo que se publica ni sobre la información utilizada para adoptar decisiones, y (e) cualquier persona puede difundir lo que se le ocurra a través de redes sociales.

Dada la potencial gravedad de tales efectos, un equipo de la OMS procura dar seguimiento a la infodemia y contrarrestar los rumores mediante la publicación de “información para desmentir mitos”, sesiones en vivo de preguntas y respuestas con expertos, así como a través de medios de comunicación.

La OMS también colabora con las empresas de motores de búsqueda, redes sociales y digitales —Facebook, Google, Tencent, Baidu, Twitter, TikTok, Weibo, Pinterest, entre otras— para filtrar mensajes falsos y promover información de fuentes creíbles como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y la propia OMS, entre otras. Por otra parte, la OMS entabla contacto con personas influyentes, de distintas regiones, para que difundan mensajes correctos entre sus seguidores.