N.50 – Científicos argentinos trabajan para desarrollar vacuna

Investigadores del CONICET y de la Universidad de San Martín (UNSAM) trabajan en el desarrollo de una vacuna contra el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. Se trata de la primera iniciativa de este tipo en América Latina y se sumará a los más de 115 proyectos que avanzan en el mundo para desarrollar vacunas contra dicha enfermedad.

El equipo multidisciplinario, liderado y coordinado por la Dra. Juliana Cassataro, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) de la UNSAM, está integrado por inmunólogos, virólogos y expertos en estructura de proteínas. Ganó –para dicho desarrollo- un subsidio de 100 mil dólares otorgado por la Unidad Coronavirus, agencia de investigación dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. La presentación a la convocatoria respondió a que el equipo ya venía trabajando en vacunas orales contra enfermedades infecciosas.

La idea es probar durante 9 a 12 meses lo que sería la etapa preclínica y -si se lograran buenos resultados- comenzar la etapa clínica, que requeriría un financiamiento mucho mayor. En estos momentos los especialistas (virólogos y de estructura de proteínas) están eligiendo cuáles son las partes del virus (SARS-CoV-2) que van a usarse en la vacuna, para asegurar que tenga los antígenos de la cepa que circula en nuestra región. Una vez elegidos los antígenos se probarán con diferentes adyuvantes o formulaciones en ratones para verificar cuál de todos los probados da la respuesta buscada: verificar la generación de anticuerpos neutralizantes del virus.

Una vacuna convencional inyectada en el cuerpo inserta piezas seleccionadas de un virus en las células cercanas al sitio de inyección. El sistema inmunitario reconoce en estas piezas moléculas (llamadas antígenos) como amenazas y reacciona produciendo anticuerpos, moléculas que pueden encontrar al virus en cualquier parte del cuerpo y neutralizarlo. Una vez que ocurre esto, el sistema inmunitario recuerda cómo anular a los invasores, para detener una infección futura.

Hoy los laboratorios están recurriendo a las vacunas basadas en genes, las cuales usan información del genoma del virus para crear un modelo de antígenos seleccionados. El modelo está confeccionado con ADN o ARN, moléculas que contienen instrucciones genéticas. Luego, los investigadores inyectan el ADN o ARN en las células humanas y la maquinaria de éstas utiliza las instrucciones para producir antígenos de virus, a los que luego reacciona el sistema inmunitario.