Newsletter DPT Nro. 51

ISSN 2618-236X

Agosto / 2020

La carrera de las vacunas contra el SARS-CoV-2

¿Cuáles son las candidatas? ¿Diversos ganadores en el podio? ¿Qué destinatarios tendrán prioridad? ¿Cuáles son los riesgos?

La presente reseña integra siete artículos referidos a la futura vacuna contra el coronavirus Sars-CoV-2 (causante de la COVID-19). En el primero (1) se enuncian las distintas categorías de vacunas, las principales candidatas y sus grados de avance. En el segundo (2) se aborda la diversidad de vacunas adecuadas para diferentes tipos de destinatarios. En el tercero (3) se trata la temática de las posibles comunidades prioritarias para la vacunación. En el cuarto (4) se describen los eventuales riesgos asociados al apresuramiento en el desarrollo y control de las candidatas. En el quinto (5) se exhibe una curación (selección) de los contenidos más actualizados relacionados con la vacuna COVID-19. El sexto artículo (6) muestra que la eficacia de los anticuerpos al SARS-CoV-2, ante una eventual reinfección, podría tener una duración sumamente limitada, y por tanto debería repetirse periódicamente la aplicación de cualquier eventual vacuna. El séptimo artículo (7) trasluce los riesgos que representan los movimientos antivacunas.

El primer artículo (1) señala que, al 29/06/2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocía 16 candidatas a vacunas en ensayos clínicos y 129 candidatas en evaluación preclínica. Divide a dichas candidatas en cuatro categorías: (a) vacunas basadas en el coronavirus Sars-CoV-2 inactivado, (b) vacunas basadas en ácidos nucleicos (hay 5 basadas en ARN y 2 en ADN), (c) vacunas que dependen de otros virus para entregar antígenos, y (d) vacunas de subunidad (una glicoproteína viral con un adyuvante estimulante del sistema inmune). El artículo enuncia algunas de las candidatas en cada una de las categorías, así como los respectivos estados, pruebas y grados de avance, Si bien no es posible prever qué candidatas resultarán ganadoras en la carrera de vacunas, es casi seguro que –eventualmente- habrá diversas vacunas aprobadas para COVID-19.

El segundo artículo (2) muestra que, debido a las diferentes características de la respuesta inmune, es pertinente apostar a varias vacunas aprobadas contra el SARS-CoV-2 en lugar de una sola. Señala que la respuesta inmune de las personas consiste en una serie de eventos que van escalando para controlar una infección: (a) Primero se moviliza el sistema inmunitario innato, cuyos componentes mayoritarios son los macrófagos, que desarrollan el mismo tipo de respuesta independientemente de las características del agente infeccioso, (b) Si lo anterior no es suficiente para exterminar al patógeno, se moviliza el sistema inmunitario adaptativo o adquirido, mucho más complejo y dependiente del tipo de bacteria o virus, cuyos protagonistas son los linfocitos, capaces de generar anticuerpos y memoria inmunológica, y (c) Una vez superada una infección, queda un conjunto de linfocitos de memoria, que rondarán en la sangre y órganos, desarrollando inmediatamente una respuesta inmune específica si la persona vuelve a ser atacada por el mismo patógeno. Estas células de memoria van muriendo con la edad, más aceleradamente si la persona está sometida a estrés o a enfermedades crónicas. A medio camino entre la inmunidad innata y la adquirida se encuentran dos tipos de células inmunes (macrófagos): las gammadelta (γδ) y las Natural Killer (NK), que -si bien son inespecíficas y capaces de responder ante cualquier atacante- pueden desarrollar memoria respecto de los patógenos a los que han atacado. Los macrófagos (γδ y NK) no reconocen una proteína específica del patógeno, sino más bien patrones moleculares de daño o estrés celular. Por el contrario, los linfocitos responden a una determinada proteína del patógeno. En niños y en ancianos existe una preponderancia del sistema inmune innato, dado que los niños aún no han desarrollado inmunidad adaptativa, mientras en los ancianos se va “extinguiendo”. Por tal motivo, en niños y ancianos podría ser más efectiva una vacuna contra el virus completo, mientras que una vacuna desarrollada contra una proteína concreta de un virus debería generar una respuesta inmune más robusta en jóvenes y adultos. Concluye expresando que disponer de varias opciones de vacunas con distintas especificidades permitirá administrar la más adecuada según individuo y situación.

En el tercer artículo (3) se señala que diversas organizaciones –incluyendo a la OMS y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU.- están debatiendo el arduo problema de qué grupos deberían ser prioritarios en las primeras oleadas de vacunas para COVID-19. ¿Personas jóvenes y saludables que, corriendo menor riesgo, podrían crear un anillo de protección comunitaria? ¿O tal vez las mujeres embarazadas, en quienes se debería sopesar cuidadosamente el riesgo para la madre y el bebé? ¿O tal vez debería asignarse prioridad a las personas de grupos étnicos específicos, que mueren a un ritmo desproporcionado? Se trata de decisiones difíciles, porque todos pueden cuestionar por qué alguien debería estar por delante de otros en la fila. Si bien puede preverse que nadie cuestionaría una eventual prioridad de los trabajadores de la salud y de quienes están en el frente de combate contra la enfermedad, más allá de esos casos, cualquier criterio resultaría cuestionable.

En el cuarto artículo (4) se advierte que si bien la multitud de vacunas en desarrollo genera favorables expectativas en el corto plazo, un desarrollo apresurado y una eventual aprobación con datos y controles incompletos podrían implicar insuficiente información sobre seguridad y protección a largo plazo. Mientras que el desarrollo de una vacuna en aproximadamente un año no tiene precedentes, la inquietud se intensifica porque nunca antes se aprobó una vacuna contra un coronavirus, mientras que muchas de las plataformas de vacunas en desarrollo contra COVID-19 se basan en nuevas tecnologías no probadas. Existe el riesgo de que una vacuna acelerada afecte la confianza del público y comprometa los programas de vacunación. Sin embargo, no es fácil demorar una vacuna efectiva, y renunciar a su beneficio durante una pandemia, solo para esperar evaluaciones de seguridad a largo plazo. Pero paralelamente a las preocupaciones de seguridad y eficacia, hay algo más en juego aquí. Se prevé que, con un horizonte de mediano plazo, COVID-19 no será la última pandemia de coronavirus. El riesgo reside en que, una vez que esta pandemia retroceda, se interrumpa el financiamiento y no se aprovechen los avances ni se utilicen los datos y la tecnología para estar preparados para desarrollar una vacuna segura y efectiva para el próximo coronavirus.

 En el quinto artículo (5) se señala que, en este momento crítico, una miríada de organizaciones de atención médica, instituciones de investigación y autoridades están trabajando para lanzar rápidamente una vacuna segura y efectiva contra COVID-19. En junio de 2020, se están desarrollando más de 140 vacunas contra el SARS-CoV-2. Technology Networks exhibe una curación de los últimos contenidos relacionados con la vacuna COVID-19.

En el sexto artículo (6) se afirma que las respuestas de anticuerpos (Ab) al SARS-CoV-2 pueden detectarse, en la mayoría de las personas infectadas, entre 10 y15 días después del inicio de los síntomas de COVID-19. Sin embargo, aún no se sabe cuánto tiempo se mantendrán estas respuestas de Ab o si proporcionarán protección contra la eventual reinfección. Este estudio tiene relevantes implicaciones cuando se consideran las pruebas serológicas generalizadas, la protección Ab contra la reinfección con SARS-CoV-2 y la durabilidad de la protección de las posibles vacunas.

En el séptimo artículo (7) se expresa y fundamenta el temor a que los movimientos antivacunas (y los líderes y famosos que se oponen públicamente a la vacunación) puedan poner en peligro la credibilidad de cualquier eventual vacuna contra el virus SARS-CoV-2.

Referencias:

(1) “Explainer: how is the vaccine pipeline for Covid-19 looking?” By Anthony King, Chemistry World. 30 June 2020.

(2) “En la carrera de la vacuna contra COVID-19 necesitamos más de un caballo ganador”. María Mercedes Jiménez Sarmiento, Matilde Cañelles López, Nuria Eugenia Campillo. The Conversation. June 22, 2020. Las autoras participan en el proyecto “Análisis científico, filosófico y social del COVID-19: repercusión social, implicaciones éticas y cultura de la prevención frente a las pandemias” (BIFISO) del Instituto de Filosofía, seleccionado en el programa CSIC-COVID-19 BIFISO, PIE CSIC-COV19-027, financiado por el CSIC, para la lucha contra la COVID-19 en el marco de la PTI Salud Global.

(3) “The line is forming for a COVID-19 vaccine. Who should be at the front?”. By Jon CohenJun. Science. American Association for the Advancement of Science (AAAS). 29, 2020. DOI: 10.1126/science.abd5770

(4) “What are the risks of fast-tracking a Covid-19 vaccine?“ By Katrina Megget. Chemistry World. 13 July 2020

(5) “Keep Up-to-date With COVID-19 Vaccine Development”.By Molly Campbell. Drug Discovery. From Technology Networks. Jul 10, 2020

(6) “Longitudinal evaluation and decline of antibody responses in SARS-CoV-2 infection”. Jeffrey Seow, Carl Graham, Blair Merrick, Sam Acors, Kathryn J.A. Steel, Oliver Hemmings, Aoife O’Bryne, Neophytos Kouphou, Suzanne Pickering, Rui Galao, Gilberto Betancor, Harry D Wilson, Adrian W Signell, Helena Winstone, Claire Kerridge, Nigel Temperton, Luke Snell, Karen Bisnauthsing, Amelia Moore, Adrian Green, Lauren Martinez, Brielle Stokes, Johanna Honey, Alba Izquierdo-Barras, Gill Arbane, Amita Patel, Lorcan OConnell, Geraldine O Hara, Eithne MacMahon, Sam Douthwaite, Gaia Nebbia, Rahul Batra, Rocio Martinez-Nunez, Jonathan D. Edgeworth, Stuart J.D. Neil, Michael H. Malim, Katie Doores. MedRxiv. Preprint. 9/07/2020. DOI: https://doi.org/10.1101/2020.07.09.20148429

(7) “Los antivacunas ponen en peligro la solución de la pandemia de COVID-19” Shutterstock / Bernard Chantal The Conversation. July 16, 2020

Fuente complementaria: “An mRNA Vaccine against SARS-CoV-2 — Preliminary Report”. Lisa A. Jackson, Evan J. Anderson, Nadine G. Rouphael, Paul C. Roberts, Mamodikoe Makhene, Rhea N. Coler, Michele P. McCullough, James D. Chappell, Mark R. Denison, Laura J. Stevens, Andrea J. Pruijssers, Adrian McDermott, et al., for the mRNA-1273 Study Group*. The New England Journal of Medicine. July 14, 2020. DOI: 10.1056/NEJMoa2022483