N.55 – Banco Interamericano de Desarrollo

La pandemia COVID-19 abrió un tiempo de crisis e incertidumbre, pero también abrió un amplio espacio para la solidaridad, el ingenio, la creatividad y la búsqueda de respuestas innovadoras.

El artículo reseñado tiene el objetivo de mostrar qué se está haciendo y qué puede hacerse ante esta emergencia desde el sector de fomento a la innovación y a las pymes en América Latina y el Caribe (ALC). Focaliza en emprendimientos y pymes innovadoras que pueden proveer soluciones y tecnologías para afrontar los desafíos sanitarios, sociales y productivos previsibles en el corto, mediano y largo plazo.

Se señala que en diversas latitudes del planeta hubo startups que desarrollaron soluciones innovadoras frente a la COVID-19 (por ejemplo: kits de diagnóstico, kits de recolección de muestras, tests para detección del coronavirus). En el ámbito global se difunden convocatorias -estatales y privadas- de investigación, tecnología e innovación, así como para el financiamiento pymes, startups, empresas y centros científicos que presenten soluciones a los retos emergentes. Asimismo, día a día surgen nuevas iniciativas que van desde desafíos de ciencia abierta y ciencia de datos, hasta hackatones virtuales para abordar la crisis.

Asociaciones científicas, comunidades tecnológicas, grupos de emprendedores, gremios empresariales y asociaciones civiles se están movilizando para identificar prioridades, así como para hallar soluciones rápidas y creativas. Los retos son diversos; por ejemplo: mejorar las capacidades de diagnóstico y seguimiento de casos; cubrir necesidades de herramientas de protección y tratamiento (máscaras, vestimenta, desinfectantes, respiradores); análisis de datos y predicción, comunicación y combate a la desinformación; servicios de cuidado y salud mental; logística y alimentación, entre otros. También hay esfuerzos de diversos países (como Israel y Japón) para mapear y ofrecer al mundo soluciones existentes y emergentes en sus territorios.

En ALC el BID Lab está mapeando soluciones innovadoras y relevantes de organizaciones con capacidad para atender las implicaciones sanitarias y sociales de la COVID-19 en distintos sectores (por ejemplo: telemedicina, trabajo remoto, provisión de servicios básicos). Para promover la innovación tecnológica no solo son necesarios financiamiento, capital humano, equipamiento y espacios de pruebas, sino también una efectiva coordinación con las instituciones encargadas de la política de salud y los organismos reguladores pertinentes. Las instituciones de apoyo a la innovación y al emprendimiento pueden ser un eslabón en esta cadena para conectar y facilitar el despliegue de nuevas soluciones.

Las agencias públicas de innovación y emprendimiento de ALC, muchas de ellas en el marco de programas con el BID, están lanzando iniciativas y convocatorias especiales de apoyo a la investigación y la innovación para abordar la emergencia sanitaria y sus impactos. Por ejemplo, en la Argentina el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Mincyt), destina fondos a apoyar 3 proyectos avanzados de desarrollo de kits de diagnóstico y abrió una convocatoria a grupos de investigación para realizar estudios sobre factores de virulencia de la COVID-19 y caracterizar su impacto en grupos de riesgo. La mayoría de esas instituciones forman parte de la Red Latinoamericana de Agencias de Innovación (RELAI), una instancia regional -apoyada por el BID- que está desplegando acciones conjuntas frente a la crisis.

¿Cómo seguir apoyando?

El BID estableció fondos de apoyo para fortalecer los servicios de salud pública y responder a la crisis y sus consecuencias en diversos países. Asimismo está trabajando con las contrapartes institucionales -para atender los desafíos de la epidemia- en la reorientación de recursos de programas preexistentes de préstamo o de asistencia técnica.

Por su parte, BID Lab, el laboratorio de innovación del BID, lanzó una convocatoria rápida de propuestas de organizaciones, emprendedores y startups que presenten soluciones innovadoras de rápida implementación y con impacto en los indicadores de lucha contra el COVID-19.

Además de las medidas financieras, fiscales y de apoyo al mercado laboral que deberán implementar los países de la región en el corto y mediano plazo, hay tres ámbitos clave para movilizar políticas de apoyo a las pymes y los ecosistemas de innovación.

(a) Caracterización y dimensionamiento de impactos:

Para navegar en una coyuntura extraña es imperativo contar con información que permita tomar medidas correctas y de manera oportuna. El trabajo colaborativo con gremios empresariales e institutos de investigación es fundamental para comprender el impacto en las empresas, desde los efectos en ventas e inversión, hasta las complejidades del teletrabajo.

(b) Digitalización de empresas

Es prioritario apoyar a las pymes en sus capacidades de operación digital, de manera que una parte relevante de sus empleados trabaje desde sus hogares y que se puedan realizar digitalmente las transacciones con clientes y proveedores. Algunas medidas específicas facilitan infraestructura y software para el teletrabajo, plataformas de comercio electrónico, capacitación y asistencia técnica para la digitalización.

(c) Investigación e innovación

La ciencia y la innovación deben ayudar a frenar el avance del virus y reducir sus impactos. Una medida rápida consiste en apoyar a emprendimientos tecnológicos a través de concursos ágiles para desarrollar soluciones, así como identificar emprendimientos que ya disponen de soluciones efectivas y otorgarles apoyo para su crecimiento y difusión. También es necesario direccionar recursos a la investigación científica e innovación para la prevención y tratamiento.

La región cuenta con investigadores de alto nivel en ciencias de la vida, así como empresas del sector salud y TIC, que pueden desplegar proyectos para la prevención y tratamiento del virus. Se propone organizar nuevas convocatorias y reorientar recursos existentes de programas nacionales. Otra idea es la creación de plataformas tecnológicas para probar de modo ágil tecnologías digitales con aplicaciones a salud.

Finalmente, en el marco de una pandemia se requieren acciones colectivas a nivel regional, coordinar los esfuerzos entre países y asegurar la transferencia expedita de resultados. Se propone generar instancias de coordinación de las agencias de fomento a la innovación y la investigación científica, así como establecer líneas de financiamiento que apoyen la expansión de emprendimientos y soluciones tecnológicas de un país a otro.

Conclusión

Concluye señalando que el BID seguirá monitoreando la evolución de la situación en la región y analizando líneas de acción que atiendan las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Si bien los frentes de trabajo son diversos y la dinámica cambiante, la humanidad es capaz de colaborar de manera solidaria para volcar su creatividad y capacidad técnica al servicio del desarrollo de soluciones. El BID continuará trabajando para que continúen llegando buenas noticias del mundo de la ciencia, la tecnología y las empresas innovadoras.