N.55 – Posibles transformaciones en alimentación

1. Introducción

El artículo reseñado se refiere a las nuevas tecnologías que impulsan una transformación disruptiva de los sectores de la alimentación y la agricultura, así como a sus implicaciones para la industria agro-ganadera en EE.UU. Los análisis formulados son tipo “beta” sujetos a actualización.

El ritmo de desarrollo de nuevas tecnologías alimentarias y su adopción dependen de diversos factores interactuantes, entre ellos las respuestas políticas y sociales a la disrupción, las cuales son inciertas y difíciles de modelar. Sin perjuicio de ello, los autores aprecian que el marco, metodología y hallazgos formulados capturan el rumbo de la evolución y los complejos procesos involucrados.

Si bien el modelo central se extiende hasta 2030, los análisis se proyectan hasta 2035 para proporcionar una imagen más completa de la disrupción previsible y el impacto sobre el sector agropecuario. Se señala que, dada la magnitud de dicha disrupción, la sociedad debe estar preparada para los sustanciales cambios venideros en una industria que nunca experimentó semejante escala de mutación durante miles de años.

La referida disrupción es el resultado de rápidos avances en biología de precisión que permite la “fermentación de precisión” como proceso de programación de microorganismos para producir –prácticamente- cualquier molécula orgánica compleja. Estos avances se combinan con un nuevo modelo de producción denominado “Alimentos como Software“ (“Food-as-Software”), en el cual los alimentos se diseñan científicamente a nivel molecular y se cargan en bases de datos (análogas a “libros de cocina” moleculares) a las cuales podrán acceder los diseñadores de alimentos, desde cualquier lugar del mundo, para usarlos o para diseñar nuevos productos en la misma forma en que los desarrolladores de software diseñan nuevas aplicaciones.

Este modelo permite una constante iteración para que los productos mejoren rápidamente con cada nueva versión, superior y más barata que la anterior. También asegura un sistema de producción completamente descentralizado y mucho más estable y resistente que la explotación agropecuaria industrial, con granjas de fermentación ubicadas en (o cerca de) pueblos y ciudades.

Tales disrupciones en alimentación y agricultura estarán interconectadas, serán dinámicas y afectarán a todos los ámbitos y aspectos de nuestro mundo: países, ciudades, organizaciones, mercados, economía, finanzas, geopolítica, salud, medio ambiente, energía, transporte y más. El estudio se basó en el Marco de Disrupción Tecnológica de Tony Seba.

2. Resultados clave

Para el año 2030, la demanda de productos vacunos habrá caído en un 70% y entre un 80% y 90%.para 2035, pero antes la industria ganadera de EE.UU. estará efectivamente en bancarrota. Otros mercados de animales como el pollo, el cerdo y el pescado seguirán una trayectoria similar. Los volúmenes de producción de las industrias de carne de res y lácteos de EE.UU. y sus proveedores disminuirán en más del 50% para 2030 y en casi un 90% para 2035.

Tales trayectorias resultarán de un sistema de producción de alimentos mucho más distribuido, localizado, estable y resistente que el desplazado o reemplazado. El nuevo sistema no estará sujeto a la volatilidad (en volumen y precios) resultante de la estacionalidad, clima, sequías, enfermedades y otros factores naturales, económicos o políticos. La geografía ya no ofrecerá ventajas competitivas y se pasará de un sistema centralizado dependiente de recursos escasos a un sistema distribuido basado en recursos abundantes.

Los nuevos productos alimenticios superarán a los de origen animal en todos los atributos funcionales; serán más nutritivos, más sabrosos y más convenientes con una variedad mucho mayor. Tales beneficios podrían tener un profundo impacto en la salud de las personas, tanto en la reducción de enfermedades transmitidas por alimentos como de afecciones y enfermedades cardíacas, obesidad, cáncer y diabetes, que cuestan 1,7 billones de dólares cada año.

3. Trascendencia

3.1. Económica: El costo de los nuevos alimentos y otros productos de fermentación de precisión será entre un 50% y un 80% más bajo que el de los productos animales que reemplazan. A precios actuales, los ingresos de la industria de carne de res y lácteos de EE.UU. y sus proveedores disminuirán al menos en un 50% para 2030 y en casi un 90% para 2035. El resto de la ganadería y la pesca comercial seguirán una trayectoria similar. Los valores de las tierras agrícolas colapsarán entre un 40% y un 80%. Los principales productores de productos animales corren el riesgo de sufrir una grave crisis económica.

3.2. Ambiental: Para 2035, el 60% de la tierra que actualmente se utiliza para producir ganado y pasturas se liberará para otros usos. Esos 485 millones de acres equivalen a 13 veces el tamaño de Iowa. La oportunidad de reimaginar el paisaje estadounidense reutilizando esta tierra no tiene precedentes. Si toda esa tierra liberada se dedicara a reforestación, para 2035 podrían compensarse completamente todas las fuentes actuales de emisiones de gases de efecto invernadero de EE.UU. Las emisiones de esos gases procedentes del ganado en EE.UU. se reducirán en un 60% para 2030 y en un 80% para 2035. Incluso si se incluye la producción de nuevos alimentos, las emisiones netas del sector en su conjunto se reducirán en un 45% para 2030, y al 65% para 2035.

3.3. Social: Los nuevos alimentos, de mayor calidad y más nutritivos, serán más baratos y accesibles para todos. Para 2030 se perderá la mitad de los 1,2 millones de puestos de trabajo en la producción cárnica y láctea de EE.UU y sus industrias asociadas, y hasta el 90% para 2035. La emergente industria de fermentación de precisión de EE.UU. creará al menos 700.000 puestos de trabajo para 2030 y hasta un millón de puestos de trabajo para 2035.

3.4. Geopolítica: A medida que la producción de alimentos sea menos dependiente de las condiciones geográficas y climáticas, cambiarán significativamente las relaciones comerciales. Los principales exportadores de productos animales perderán influencia geopolítica sobre los países que actualmente dependen de las importaciones de esos productos.

4. Conclusiones

La producción agrícola y alimentaria se halla en vísperas de la disrupción más profunda, repentina y con mayores consecuencias desde la domesticación de plantas y animales hace 10.000 años.

Las nuevas proteínas tendrán un costo mucho menor que las proteínas animales existentes. También serán superiores en todos los atributos clave: más nutritivas, más saludables, de mejor sabor y más convenientes, con una variedad casi inimaginable. Para 2030, los nuevos productos alimenticios tendrán mayor calidad y su producción costará menos de la mitad que los productos de origen animal que reemplazan.

El impacto de esta disrupción en la ganadería industrial será profundo. Para 2030, la cantidad de vacas en EE.UU. habrá caído en un 50% y la industria ganadera estará prácticamente en bancarrota. Todas las demás industrias ganaderas y lácteas sufrirán un destino similar, con graves repercusiones para los agricultores y las empresas a lo largo de la cadena de valor. El mercado de otros productos de vaca como el cuero y el colágeno habrá disminuido en más del 90%., mientras que los cultivos agrícolas, como la soja, el maíz y la alfalfa, se reducirán en más del 50%.

Se tratará de diversas disrupciones en paralelo que se superpondrán, se reforzarán y acelerarán recíprocamente. Cada producto animal será reemplazado por alternativas superiores, más baratas, eficientes y atractivas. Habrá una enorme destrucción de valor para quienes estén involucrados en la crianza, faena y comercialización de animales, así como para todas las industrias que apoyan y abastecen al sector (fertilizantes, maquinaria, servicios veterinarios, entre otros). Al mismo tiempo, habrá grandes oportunidades para los productores de nuevos alimentos y materiales.

El estudio fue construido con base en la Seba Technology Disruption Framework.