N.56 – El valor del error y la falibilidad en la ciencia

En todo proceso de aprendizaje, investigación y ejecución de proyectos, el error y la falibilidad son posibilidades reales. Si bien todos procuramos evitar errores y fallas, ambos son poderosas herramientas para el desarrollo psicológico y cognitivo a cualquier edad.

Para aprovechar al máximo las oportunidades de desarrollo que ofrecen, es importante diferenciar entre error, fracaso, falibilidad y futilidad. Un error es una idea, acción o expresión incorrecta o desatinada. En un entorno educativo puede ser confundir un concepto o llegar a un resultado equivocado. Cuando detectamos un error éste puede ser corregido y abre la opción de aprender de lo que salió mal para no repetirlo. Un fracaso representa la repetición de errores y la dificultad para rectificarlos, pero ello puede enseñarnos sobre el manejo de emociones y la generación de estrategias para detectar y resolver la raíz de errores reiterados. Una falla puede consistir en que algo no funciona como se espera o no cumple una función preestablecida. No siempre están ligadas a un error; es posible que estén relacionadas con variables sobre las que no tenemos control y su repetición no necesariamente constituye un fracaso. Esto es aún más cierto cuando hablamos de la falibilidad y la refutabilidad como requisitos en la ciencia.

Los errores en el proceso de aprendizaje son tan comunes que existe un método específicamente diseñado para identificar sus causas: el análisis de errores. Durante el análisis se revisa el trabajo del alumno en búsqueda de patrones que revelen cuál es el punto que no entiende o se desarrolla en forma incorrecta. Los errores en el aprendizaje de las matemáticas, por ejemplo, pueden ser factuales, de procedimiento, o conceptuales.

El análisis de errores -en la ciencia, la docencia o el aprendizaje- no sólo aclara sus causas y ayuda a superarlos, sino que además nos muestra nuevas rutas para la mejora.