Newsletter DPT Nro. 84

ISSN 2618-236X

Mayo / 2023

NOTICIAS DE INTERES GENERAL

El paulatino calentamiento y desoxigenación de los océanos

Implica amenazantes perspectivas bioeconómicas

El océano está sujeto a diversas amenazas vinculadas al cambio climático, tales como desoxigenación, acidificación y olas de calor submarinas. Hay quienes creen que la desoxigenación podría representar la amenaza más relevante, haciendo que vastas franjas de océano se tornen menos hospitalarias para la vida marina, alterando los ecosistemas y empujando pesquerías valiosas hacia aguas desconocidas.

El problema seguramente empeorará a medida que continúe el calentamiento global, previéndose que hacia el año 2100 el oxígeno oceánico podría disminuir hasta en un 20%. Los tiburones son sensibles indicadores de los efectos de tales variaciones, dado que se movilizan rápidamente, requieren mucho oxígeno, se ubican en la parte superior de las cadenas alimentarias y atraviesan enormes extensiones oceánicas. David Sims, biólogo marino de la Asociación de Biología Marina del Reino Unido y la Universidad de Southampton, quien viene estudiando durante 3 décadas la dinámica de los tiburones, notó por primera vez -a principios de la década del 2000- un vínculo entre el comportamiento de dichos escualos y los niveles de oxígeno en el océano. Halló que ciertos tiburones de mar abierto, “velocistas olímpicos” del mundo marino, se dirigirían hacia lugares con menos oxígeno, tal vez porque éstos confinan a sus presas en aguas menos profundas. ¿Qué podría significar esto para el futuro de la vida marina a medida que crecen, en todo el mundo. grandes extensiones de agua con escaso oxígeno?

En 2008, un artículo en Science hizo sonar la alarma. Investigadores alemanes y estadounidenses descubrieron que las zonas con poco oxígeno frente a África y las Américas se estaban extendiendo y perdiendo aún más oxígeno. Desde la década de 1960, estas áreas se habían expandido en unos 4,5 millones de kilómetros cuadrados. La tendencia global, advirtieron los investigadores, “puede tener consecuencias dramáticas para los ecosistemas y las economías costeras”. Ese es el cambio más grande y quizás el más preocupante que se observa en el océano. Con relación a (pasados) grandes eventos de extinción, al final del período Pérmico hace 256 millones de años, el aumento de la temperatura del océano y una caída del 80% en los niveles de oxígeno contribuyeron a provocar la mayor extinción en la historia de la Tierra. Desaparecieron hasta el 96% de todas las especies marinas.

Cambios en los mares

Hoy, los investigadores en Oregón hablan de una “temporada de hipoxia”. Algunos veranos, las aguas con poco oxígeno frente a la costa cubren hasta 15.000 kilómetros cuadrados, lo que equivale a la zona muerta del Golfo de México. En la corriente que baña la costa de Oregón, los niveles de oxígeno han disminuido constantemente en un 30% durante el último medio siglo. Al mismo tiempo, los vientos costeros que impulsan el afloramiento se han fortalecido, posiblemente debido al aumento de las temperaturas terrestres.

Incluso si la caída de oxígeno no matara a los animales marinos, puede afectarlos de diversas maneras. Podría interferir con ciertas hormonas cruciales para la reproducción, retrasar el crecimiento de los peces jóvenes, debilitar el sistema inmunológico e incluso dejar ciegos a los animales, lo que podría dificultarles la caza. A mayor escala, algunos organismos podrían ser expulsados de sus hábitats. A medida que el agua se calienta, los habitantes del océano consumen oxígeno más rápidamente, lo que los pone en curso de colisión con la caída de los suministros de oxígeno.

En 2018 la UNESCO, emitió un informe titulado “El océano está perdiendo el aliento”. Un año después, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó un tomo de 588 páginas que detalla la amenaza para los ecosistemas oceánicos y las personas que dependen de ellos. En un artículo de 2020, los investigadores concluyeron que, en este siglo, la disminución del oxígeno tendrá probablemente un mayor impacto en el océano que la acidificación y las olas de calor submarinas.

Por eso es importante observar a los tiburones. Sims sospecha que la zona de bajo nivel de oxígeno actúa como una valla, confinando caballas, papardas y otras presas en una “piscina” más pequeña y rica en oxígeno cerca de la superficie. Eso crea ricos cotos de caza para los tiburones. Las evidencias con tiburones azules y marrajos respaldan esta idea. Normalmente, ambas especies de tiburones se sumergen a 1.000 metros o más en busca de alimento. Pero cuando los marrajos marcados llegaron a la zona, se mantuvieron por encima de los 200 metros. Los tiburones azules, que tienen un mayor apetito por los calamares y pulpos tolerantes a la hipoxia, todavía nadaban en lugares con menos oxígeno. Pero su profundidad de buceo promedio de 750 metros se redujo en un 40% respecto de lo habitual. Ese escenario refleja las observaciones de hace una década de que otros grandes peces oceánicos depredadores, el marlín y el pez vela, también se mantienen cerca de la superficie en áreas donde las aguas más profundas se quedan sin oxígeno. A medida que se calienta el agua cercana a la superficie del mar, retiene menos oxígeno y se mezcla menos con el agua más fría y pobre en oxígeno que se encuentra debajo.

Fuente: “Breathless Oceans: Warming oceans are running short of oxygen, and the fiercest marine predators are already feeling the effects” By Warren Cornwall. Science. Vol 379, Issue 6631. 2 February 2023.

Fuente complementaria: “Oceans away: Is raising salmon on land the next big thing in farming fish?” By Erik Stokstad. Science, 9 Feb 2023