Newsletter DPT Nro. 86

ISSN 2618-236X

Julio / 2023

NOTICIAS EDUCATIVAS Y PEDAGOGICAS
NOTICIAS EDUCATIVAS Y PEDAGOGICAS INTERNACIONALES

Proliferan los artículos científicos adulterados

Cómo detectarlos y cómo evitar su propagación

Cuando el neuropsicólogo Bernhard Sabel estrenó su detector de artículos científicos adulterados, quedó impresionado por lo que encontró. Tras revisar unos 5.000 artículos, estimó que un 34% de los artículos de neurociencia publicados en 2020 probablemente habían sido inventados o plagiados; mientras que en medicina, la cifra fue del 24%. Ambas cifras, informadas en un preimpreso de medRxiv publicado el 8/05/2023, están muy por encima de los niveles previamente previsibles.

Sin embargo, tales hallazgos confirman lo que se sospechaba ampliamente: las revistas científicas están inundadas por crecientes olas de manuscritos provenientes de “fábricas de papers”, que permiten a los investigadores rellenar sus registros de publicaciones pagando artículos falsos o plagiados. “Las fábricas de papers han ganado fortunas atacando a un sistema que no tenía idea de cómo hacer frente a sus artimañas”, dice Dorothy Bishop, psicóloga de la Universidad de Oxford, estudiosa de las prácticas fraudulentas de publicación.

Aún con sus severas limitaciones, los detectores generan favorables expectativas de quebrantar el negocio de las “fábricas de papers”, que producen manuscritos adulterados con texto, datos e imágenes parcial o totalmente plagiados o fabricados, por escritores fantasmas y, a veces, respaldados por revisores poco rigurosos. Dichos manuscritos amenazan con corromper la literatura científica, engañar a los lectores y distorsionar las revisiones sistemáticas. Las herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT han aumentado notablemente tales preocupaciones.

Para contraatacar, la Asociación Internacional de Editores Científicos, Técnicos y Médicos (STM), que representa a 120 editores, está liderando un esfuerzo llamado Integrity Hub para desarrollar nuevas herramientas de detección, las cuales no se describen en detalle para no alertar a las “fábricas de papers”. “Hay algo de carrera armamentista en esta lucha”, dice Joris van Rossum, director de producto de Integrity Hub. “Pero, por ejemplo, una señal confiable de una falsificación son las referencias a documentos retractados; o a manuscritos y reseñas enviadas por correo electrónico desde direcciones de Internet parecidas a las de instituciones legítimas”.

Veinte editores, incluidos los más grandes -como Elsevier, Springer Nature y Wiley- están ayudando a desarrollar las herramientas de Integrity Hub, y se espera que 10 de los editores utilicen un detector de “fábricas de papers”. La STM también prevé probar otra herramienta que detecta manuscritos enviados simultáneamente a más de una revista, una práctica considerada poco ética y una señal de que pueden provenir de “fábricas de papers”. Tal cooperación a gran escala tiene como objetivo compartir herramientas de detección en toda la industria editorial, dice van Rossum.

Cabe preguntar si las revistas cumplirán realmente sus compromisos de tomar medidas enérgicas. Los editores que adoptan el “acceso abierto dorado”, por el cual las revistas cobran una tarifa a los autores para que sus artículos sean inmediatamente accesibles gratuitamente cuando se publiquen, tienen un incentivo financiero para publicar más artículos, y nunca menos. Tienen “un gran conflicto de intereses” con respecto a las “fábricas de papers”, dice Jennifer Byrne de la Universidad de Sydney. También es un obstáculo la presión de “publicar o perecer” que las instituciones suelen ejercer sobre los investigadores. Tales presiones pueden empujar, por ejemplo, a médicos sin experiencia en investigación a recurrir a las “fábricas de papers”.

Identificar a las revistas sospechadas de ser blanco de “fábricas de papers” puede disuadir rápidamente a los falseadores. Por ejemplo, la Academia de Ciencias de China (CAS) publicó una lista pública de revistas sospechadas de contener ese tipo de artículos. El detector Papermill Alarm mostró que antes de que saliera la lista CAS, los artículos sospechosos constituían la mayoría del contenido de algunas revistas; mientras que después, la proporción se redujo a casi cero en unos meses.

Algunos observadores temen que los artículos de las”fábricas de papers” migren a revistas de menor impacto con menos recursos para detectarlos. Pero si muchas revistas actúan colectivamente, podría reducirse la viabilidad de toda la industria de papers adulterados. “Se trata de tener prácticas resistentes a su modelo de negocio”.

Fuente: “Fake scientific papers are alarmingly common: But new tools show promise in tackling growing symptom of academia’s “publish or perish” culture” By Jeffrey Brainard- Science. 9 May 2023. DOI: 10.1126/science.adi6523