Newsletter DPT Nro. 55

ISSN 2618-236X

Diciembre / 2020

NOTICIAS INSTITUCIONALES

SEGUNDA JORNADA
“LA ARTICULACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LOS PRIVADOS Y LA ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD”
CA.DI.ME. - Fundación DPT. 22/10/2020 RESEÑA DE LA JORNADA

1.- Apertura y bienvenida. Vice Presidente de CA.DI.ME, Dr. Martín Enrique Iturraspe

2.- Presentación del Secretario de Equidad en Salud, Ministerio de Salud de la Nación: Dr. Martín Horacio Sabignoso, en representación del Ministro de Salud de la Nación, Dr. Ginés González García

3.- Conferencia OPS: Dr. Javier Uribe Echeverri

4.- Mesa de panel: Prestadores y financiadores: ¿Qué debemos aprender de la pandemia?

4.1.- Dr. Javier Vilosio (CA.DI.ME) – Coordinador

4.2.- Dr. Alfredo Stern (FATSA

4.3.- Dra. María Verónica Schiavina (FEMEBA)

4.4.- Dra. Karin Kopitowsky (HIBA)

4.5.- Dr. Carlos Navarro (CUBRA)

4.6.- Síntesis del Coordinador de la Mesa: Dr. Javier Vilosio (CA.DI.ME)

5.- Escenario económico y alternativas de reforma sectorial: Dr. Oscar Cetrángolo

6.- Conclusiones de la Jornada. Dr. Javier Vilosio (CA.DI.ME)

7.- Cierre. Palabras del VicePresidente de CA.DI.ME, Dr. Martín Enrique Iturraspe

1.- Apertura y bienvenida. Vice Presidente de CA.DI.ME, Dr. Martín Enrique Iturraspe

Comenzó agradeciendo la presencia –en el espacio virtual- de autoridades nacionales, representantes de instituciones, así como de todos los disertantes y participantes. Asimismo manifestó un cálido reconocimiento público a todos los integrantes del sector salud que se empeñan y luchan día a día para vencer a la pandemia COVID-19.

Presentó la temática central de la Jornada dentro del contexto histórico de la atención de la salud en el mundo y en la Argentina. En ese marco delineó un conjunto de interrogantes acerca de lo que implica la pandemia: ¿En qué medida afecta a los sistemas de salud y los niveles de cobertura? ¿Cuál fue y cual debió haber sido el papel de la Atención Primaria de la Salud (APS) como estrategia de integración intersectorial en respuesta a la pandemia COVID-19? ¿Cuáles podrían haber sido y cuáles podrían ser –previsiblemente- las consecuencias sociales y sanitarias de tal integración?

Posteriormente se refirió a la situación -compleja y delicada- que transitan las pymes de salud en el ámbito nacional, la cual se agravó por el impacto de la pandemia COVID-19. Las pymes de atención ambulatoria sufrieron un aumento de costos y una disminución en los ingresos fruto de la fuerte caída de la demanda. Asimismo debieron afrontar los costos de implementar protocolos para mantener la calidad de atención con especial cuidado del personal y de los pacientes.

Es esperable que cuando llegue una “nueva normalidad”, haya una fuerte demanda vinculada a agravamientos y complicaciones de personas con enfermedades crónicas y/o no transmisibles que hoy no se están controlando o diagnosticando. Dado que las pymes de atención ambulatoria deberán asistir a esas personas, se requerirá de políticas de Estado -claras y continuas- que acompañen la sostenibilidad de estas pymes de salud que fueron, son y serán claves para lograr un acceso genuino a la salud en todo el país.

Se refirió luego a la necesidad de esclarecer las lecciones que deja la pandemia, lo que se hizo y lo que se pudo haber hecho para enfrentar el deterioro en la salud de la población, qué factores deberían contemplarse en una nueva estrategia, la relevancia de las pymes en una estrategia fundada en la APS, así como al análisis de la cadena de valor para fortalecer a las pymes e integrarlas orgánicamente en la expansión de una cobertura sanitaria efectiva, de calidad y en condiciones de equidad.

Destacó que la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CA.DI.ME) viene bregando, desde hace muchos años, por políticas públicas a favor de la regulación del sector salud y de la integración de recursos públicos y privados para mejorar el cuidado de la salud de los argentinos.

Enfatizó en la prioridad de analizar la cadena de valor de la salud para poner el foco en todos los actores que la integran y no solo en unos pocos y, sobre esa base, establecer nuevas reglas y parámetros que permitan fortalecer a las empresas que forman el tejido nacional de atención médica primaria y ambulatoria. Señaló que, desde CA.DI.ME., se propone adoptar al enfoque de la cadena de valor como una alternativa para superar la crisis actual, asegurando que todos sus integrantes reciban beneficios tangibles.

Por último se refirió a las perspectivas de terapias y vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19 como bien público global, de manera que sean accesibles equitativamente para todas las naciones y comunidades del planeta.

2.- Presentación del Secretario de Equidad en Salud, Ministerio de Salud de la Nación: Dr. Martín Horacio Sabignoso, en representación del Ministro de Salud de la Nación, Dr. Ginés González García

El Dr. Sabignoso comenzó trasmitiendo el saludo y felicitación del Ministro de Salud de la Nación, Dr. Ginés González García, para los organizadores, expositores y participantes de la Jornada, resaltando el valioso rol de CA.DI.ME, y de las empresas que la integran, dentro del sistema de salud de la Argentina.

Luego se refirió a los aprendizajes emergentes de la pandemia COVID-19 y particularmente a la importancia de disponer de una auténtica estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS). Señaló que, frente a la pandemia, la mayor parte de los países optaron por aumentar y fortalecer sus capacidades hospitalarias para tratarla (camas, respiradores, etc). Pero no fueron similares los esfuerzos para conservar la salud de la población previniendo esta y otras pandemias. Enfatizó en la prioridad de fortalecer el Primer Nivel de Atención (PNA) para dar respuesta a las necesidades básicas derivadas de la pandemia, así como para garantizar la atención de otras patologías prevalentes.

Posteriormente se refirió a los planes y programas nacionales de salud, particularmente al Plan Federal de Salud 2020-2024, al Programa SUMAR que responde a una estrategia de financiamiento con recursos adicionales (orientada a resultados) a los centros de salud y a los hospitales de todo el país, en función de mejoras en el acceso y la calidad de servicios, y al mapa AccionAR, que presenta indicadores de malnutrición infantil a nivel nacional junto con otros indicadores territoriales que permiten un abordaje multidimensional para reducir desigualdades. A su vez enfatizó en la necesidad de fortalecer y robustecer los programas de prevención y vacunación para toda la población (Matriz de indicadores de acceso a la salud).

Frente a la frecuente visión de que los países desarrollados tienen una mejor salud debido a su desarrollo, enfatizó en que, antes de ver al desarrollo como causa de la calidad en salud, debería verse a la calidad en salud como causa (más que como consecuencia) del desarrollo. Es por ello que el Plan Federal se sustenta en un relevante cambio de concepciones en el cuidado y atención de la salud.

Con posterioridad abordó los cambios positivos y las oportunidades que trajo la pandemia, aludiendo a los siguientes aspectos: (a) un sistema de salud más proactivo, con contacto desde el mismo domicilio del paciente (servicios a domicilio), (b) expansión de la telemedicina como innovación tecnológica, pero esencialmente social, (c) expansión de la articulación público-privada, (d) fortalecimiento de los sistemas de información, vigilancia y monitoreo, con actualización en tiempo real, (e) vigorización de sistemas de salud digital, con mayor agilidad y coordinación en materia de reservas, registros, historias clínicas y recetas electrónicas, (f) mayor articulación de la salud con el desarrollo social, y (g) fortalecimiento y operacionalización de la agenda de articulación público-privada.

Resaltó los empeños para que el desempeño del sistema de salud sea mejor que la suma de sus partes y destacó particularmente la tarea de todos los trabajadores sanitarios que se esfuerzan cotidianamente en beneficio de toda la sociedad.

Concluyó señalando que el gran aprendizaje que deja la pandemia reside en que, en un mundo densamente conectado, nadie está realmente protegido si no hay cobertura universal para toda la población. Es por ello fundamental el trabajo articulado entre el sector público y el privado para lograr crecientes niveles de cobertura en una atención equitativa y universal para toda la Argentina. Finalizó manifestando su agradecimiento por haber podido participar de este encuentro.

3.- Conferencia OPS: Dr. Javier Uribe Echeverri

Comenzó delineando diversos elementos del contexto, focalizando en que, en sistemas de salud que transitaban ya complejos desafíos (en términos de estilos de vida, limitaciones de recursos humanos,  limitaciones de cobertura y financiamiento) la pandemia COVID-19 implicó notorias tensiones y dificultades operativas, junto a un clima generalizado de temor y la ansiedad.

Señaló, sin embargo, que las evidencias emergentes de la lucha contra la pandemia permitieron también posicionar al sector salud como bien público. Se refirió al Pacto 30-30-30, con un horizonte hacia el año 2030, caracterizándolo como un sistema de Atención Primaria para la Salud Universal (salud de todos y para todos) dirigido a transformar los sistemas de salud, eliminar barreras de acceso, aumentar el gasto público en salud y aumentar la asignación de recursos al Primer Nivel de Atención (PNA).

Precisó que el foco de su exposición residiría en el fortalecimiento del Primer Nivel de Atención (PNA) en el marco de la Atención Primaria de la Salud (APS) y de la Salud Universal durante la pandemia COVID-19. Desarrolló dicha exposición en los siguientes términos:

A qué nos enfrentamos

La pandemia COVID-19: (a) tuvo un impacto de gran magnitud y trascendencia, (b) dejó al descubierto la problemática preexistente de escasez de recursos, (c) impuso sobredemandas y desafíos que insumen gran cantidad de recursos, (d) afecta el desempeño de todo el sistema, a las redes y servicios de salud, (e) provoca un incremento en la mortalidad, y (f) desencadena alta presión social y política.

Objetivos en la respuesta a la pandemia

El objetivo primordial es salvar vidas mediante dos ejes de acción:

1.- Disminuir la trasmisión del virus mediante acciones de salud pública: (a) prevención / información, (b) investigación de casos, y (c) control

2.- Atender la demanda (de acuerdo con la capacidad organizativa, de conducción y de respuesta de los servicios de salud y del nivel de participación social):

(2.1.) Primer Nivel de Atención (PNA): (a) identificación de casos, y (b) control de casos en atención ambulatoria.

(2.2.) Hospitales: (a) clasificación de riesgo y severidad, y (b) atención de condiciones críticas.

Enfoque de la respuesta

1.- Abordaje integral y participativo: (a) servicios de salud con organizaciones comunitarias y actores intersectoriales, y (b) salud pública, promoción de la salud, prevención y cuidados apropiados

2.- Abordaje integrado: (a) todos los niveles de servicios de salud a la vez, (b) servicios públicos y privados, y (c) uso racional, eficiente e integrado de todos los recursos del sistema nacional de salud.

Rol de los gobiernos locales ante la emergencia de salud de la pandemia

1.- Coordinación con las autoridades de salud (enfoque de red)

2.- Adopción informada de decisiones

3.- Soporte para la continuidad de las operaciones de la Red de Servicios de Salud.

Papel del Primer Nivel de Atención (PNA) durante la pandemia

Durante el período de trasmisión comunitaria sostenida de la COVID-19, el PNA tiene tres funciones:

1.- Atención centrada en la respuesta: identificar, reportar, contener, manejar y referir casos.

2.- Mantener la continuidad de servicios esenciales durante el período de trasmisión comunitaria de COVID-19

3.- Propiciar la descarga de la atención hospitalaria para contribuir a ampliar la capacidad de los servicios hospitalarios.

Propuesta de la OPS – Propósito

Agregar a la red de servicios la preparación, contención, respuesta y mitigación de la emergencia COVID-19, involucrando a las personas, familias y comunidades, así como a otros actores sectoriales e intersectoriales.

Propuesta de la OPS – Diez (10) medidas

1.- Reorganización y fortalecimiento de la capacidad resolutiva del PNA.

2.- Mecanismo de control centralizado de camas.

3.- Protocolo para diagnóstico y toma de muestras de pacientes sospechados de COVID-19.

4.- Flujos de triaje, atención y pruebas de diagnóstico separados para pacientes sintomáticos compatibles con COVID-19.

5.- Reconversión, habilitación y complejización de camas según riesgo clínico y dependencia de cuidados de enfermería.

6.- Fortalecimiento de la atención domiciliaria con o sin Telesalud.

7.- Coordinación con red de servicios de atención prehospitalaria (dispositivos de atención de emergencia y transporte sanitario, ambulancias).

8.- Gestión clínica en red para la continuidad de la atención y eficiencia en el uso de recursos hospitalarios

9.- Reorganización, reclutamiento y capacitación de personal con énfasis en seguridad y protección personal.

10.- Fortalecimiento de la cadena de suministros.

Recursos humanos durante la pandemia

1.- Existía un déficit previo en recursos humanos y fue un gran desafío la expansión de servicios para responder a la pandemia y para la continuidad de servicios esenciales.

2.- Existe una situación crítica del personal para atender los casos hospitalizados.

3.- Para enfrentar la emergencia fue necesario reclutar personal, adelantar la graduación de médicos y enfermeros, así como flexibilizar las normas de contratación.

Deberes éticos durante la pandemia

1.- Comunicar -de manera transparente y comprensible- información honesta, completa, exacta y actualizada.

2.- Respetar el derecho del paciente a elegir entre todas las opciones relevantes, e incluso a rehusarse a intervenciones (excepto las requeridas por la salud pública).

3.- Acceso a la atención de manera integral.

4.- Apoyo social: sólo se empodera si cada opción tiene apoyo.

Definición de prioridades de atención

1.- Comunicar públicamente –con plena transparencia- los criterios y fundamentos para determinar prioridades de atención.

2.- La respuesta a la pandemia no deber restar recursos necesarios afectados a otras enfermedades graves.

3.- Ante la emergencia de salud global es necesaria la solidaridad en la atención de extranjeros y la colaboración entre países.

Desafíos

1.- Mantener equilibrio entre recursos destinados al PNA y a los servicios hospitalarios y hospitales móviles.

2.- Fortalecer la capacidad resolutiva del PNA para responder a la COVID-19 y asegurar la continuidad de servicios esenciales.

3.- Expandir y mantener los servicios para prestar atención en las áreas periurbanas pobres, rurales e indígenas.

4.- Implementar nuevas modalidades para la atención, dotando al PNA de recursos tecnológicos adecuados.

5.- Asegurar efectivos mecanismos de coordinación, comunicación y articulación en la red de servicios para atender las necesidades de las personas.

6.- Asegurar al personal del PNA condiciones de seguridad, protección, atención de sus necesidades de salud e incentivos para atender a las poblaciones y comunidades involucradas.

Conclusión

Finalizó su exposición destacando que la pandemia COVID-19 representa “un desafío con rostro humano”. El principio rector para enfrentarlo debe ser la equidad, el “no dejar a nadie atrás”. Deben eliminarse las diferencias inequitativas para prestar servicios de salud universales para todos y en todas partes.

4.- Mesa de panel: Prestadores y financiadores: ¿Qué debemos aprender de la pandemia? Coordinador: Dr. Javier Vilosio (CA.DI.ME); Panelistas: Dr. Alfredo Stern (FATSA), Dra. Verónica Schiavina (FEMEBA), Dra. Karin Kopitowsky (HIBA), Dr. Carlos Navarro (CUBRA)

4.1.- Dr. Javier Vilosio (CA.DI.ME) – Coordinador de la Mesa

Comenzó agradeciendo a los expositores y a los participantes de la Jornada, cuyo foco reside en el interrogante: ¿Cuál fue y cuál debería haber sido el rol de la Atención Primaria de la Salud (APS) como respuesta sanitaria y eminentemente social a las consecuencias de la pandemia, poniendo énfasis en las personas?

Resaltó que el temor de las personas condujo a discontinuar programas esenciales. Resulta trágico apreciar cómo se interrumpió la atención de prestaciones no asociadas directamente a la COVID-19, tales como la atención de pacientes crónicos, todo lo atinente a prevención y particularmente el cumplimiento de programas de vacunación.

Señaló la necesidad de robustecer al Primer Nivel de Atención como componente básico de interfaz con la comunidad, como prestador de los servicios básicos de salud (prevención. detección, diagnóstico, control) y como fuente básica de los sistemas de información y de recolección de datos de la comunidad.

Destacó que si bien es necesario ocuparse de disponer de recursos técnicos (camas, respiradores), es fundamental prestar atención a los equipos de salud y a las personas –profesionales, técnicos y auxiliares- que los integran, que son quienes hacen funcionar esos equipos técnicos y cuya formación y motivación resulta esencial.

Concluyó agradeciendo la participación de cada uno de los panelistas de la mesa, así como del público de la Jornada.

4.2.- Dr. Alfredo Stern (FATSA)

Puntualizó que su enfoque se sustenta en su actual posición de microgestión dentro del sector salud, frente a una pandemia cuya incursión tuvo características únicas. Mientras anteriormente las epidemias migraban entre lugares de manera paulatina, la propagación de la COVID-19 –con alcance global- fue inmediata y repentina, y también fue inédita la inmediatez de las comunicaciones globales acerca de la pandemia.

Esta pandemia tiene efectos devastadores a través de una sinergia entre endemias –sanitarias (enfermedad), económicas (crisis, deterioro) y sociales (aislamiento) que está provocando una “tormenta perfecta”. El virus nos está ganando a todos y aún carecemos de terapias y de vacunas seguras y eficaces para controlarlo. También carecemos aún de información veraz acerca de este virus nuevo, muy estudiado (durante este año) pero aún poco conocido, que exhibe extrañas pautas de comportamiento.

Esta pandemia sorprendió a casi todo el mundo en una situación de carencia de recursos logísticos y técnicos para afrontarla (por ejemplo: déficit de camas y respiradores). Si bien esos recursos pudieron adquirirse, con sus más y sus menos, en un tiempo reducido, lo que no pudo adquirirse ni formarse es ese tiempo fueron médicos, enfermeras, terapistas y demás integrantes de equipos de salud calificados, motivados y comprometidos con su rol en la emergencia, cuya formación demanda años.

Como consecuencia, afrontamos hoy un notorio déficit en personal de salud, y además se manifiesta –en el existente- un pronunciado nivel de agotamiento, desgaste y desmotivación. La conjunción de dichos factores representa un factor de debilidad en la lucha contra la pandemia.

Posteriormente se refirió a las modalidades de atención, donde se transitó –sólo a medias- desde una atención netamente presencial a una atención a distancia, fortaleciéndose la atención domiciliaria, la atención telefónica y la telemedicina. Ilustró los beneficios de la atención domiciliaria con la experiencia de la obra social que conduce.

Abordó posteriormente el gran interrogante: ¿Cómo terminará todo esto? Expresó que si bien en la actualidad hay múltiples posibles terapias y vacunas en estudio, todo desarrollado con una velocidad asombrosa, no existe aún ninguna aprobada. Hay varios interrogantes pendientes acerca de la seguridad, efectividad y eficiencia de las posibles terapias y vacunas, así como sobre su viabilidad económica.

Con relación a las enseñanzas que deja la pandemia, puntualizó las siguientes:

  • Es fundamental valorizar a los distintos integrantes de los equipos de salud (médicos, enfermería, técnicos y auxiliares), de manera que sean reconocidos, motivados e incentivados en su desempeño. Por ejemplo, hoy se manifiesta entre los médicos una disposición decreciente para inscribirse en residencias, mientras que la única motivación para enrolarse en enfermería y otras competencias técnicas reside en la alta empleabilidad.
  • La pandemia implica una nueva normalidad que ha llegado para quedarse, Señaló el expositor que Yuval Noah Harari, en su libro “De animales a dioses” (publicado en 2013) traza un panorama de los devastadores “avances” de las tres grandes revoluciones protagonizadas por la especie humana (la cognitiva, la agrícola y la científica), afirmando que las pandemias humanas son causadas por los mismos seres humanos a través de sus devastaciones. Por tanto, cabe esperar otras pandemias en el futuro próximo.
  • Es imprescindible confiar en la responsabilidad individual de las personas para el cumplimiento de las normas, el autocuidado y el cuidado de los otros.

Concluyó señalando la necesidad de poner a la salud en el primer plano de las inquietudes de la población, así como de fortalecer y vigorizar al sector salud, a sus recursos humanos y a su financiamiento.

4.3.- Dra. María Verónica Schiavina (FEMEBA)

Hizo referencia a la cita del anterior expositor (Alfredo Stern) acerca del filósofo Harari, para destacar que el mismo vaticinó que la difusión de la Inteligencia Artificial desplazará a diversas orientaciones y especialidades médicas, pero que seguramente no afectará a la medicina generalista y familiar.

Inició su exposición señalando que su presentación, focalizada sobre recursos humanos de salud, se funda en los resultados de una encuesta realizada por FEMEBA sobre una muestra de 700 médicos.

En primer lugar se destaca una sensación de hartazgo, estrés y decaimiento, con cuadros de depresión y “burnout” en el 84% de los médicos encuestados

Quienes ejercen la medicina familiar y los médicos generalistas (contrariamente a lo enunciado en los discursos) se perciben hoy como escasamente reconocidos, valorados y remunerados, en un entorno de “PAMIzación”.

Señaló la necesidad de concertar un reglamento general de carreras en salud, desde las residencias y las especialidades, de manera que se promueva una auténtica valorización de los integrantes de los equipos de salud. El caso de los terapistas, por ejemplo, muestra la actual subvaloración del recurso humano: se aumentan las camas de UTI pero no se tiene en cuenta a los médicos, enfermeras y técnicos que deberán atender a los pacientes, a quienes (mal pagados y mal equipados) se somete a situaciones de estrés y alta vulnerabilidad. En el primer nivel de atención suelen faltar equipos básicos e incumplirse normas y protocolos de cuidado.

Pero cabe reconocer que la pandemia promovió el avance de ciertos servicios como los de telemedicina, donde pudieron alcanzarse inéditos niveles de prestación. Para que el avance pueda consolidarse será necesario trabajar más en cuestiones de accesibilidad, protección de datos y calidad de las plataformas. También será prioritario capacitar a la población, de manera que pueda acceder, de manera equitativa, a esos servicios.

También se refirió a los medios masivos de comunicación durante la pandemia, destacando que si bien desempeñaron un rol fundamental en la difusión de información válida y en la inducción de una ética del cuidado, algunos medios incurrieron en diversos desvíos y sesgos informativos.

Concluyó señalando un conjunto de cuestiones a considerar:

¿Pueden trabajar de manera articulada el sector estatal y el privado?

La Atención Primaria de la Salud requiere un trabajo mancomunado contemplando situaciones como las evidenciadas en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR).

Fortalecer el rol del Ministerio de Salud, dentro de las limitaciones (derivadas de la descentralización) en la adhesión a las normas.

Convocar a los distintos actores a debatir, consensuar y trabajar en proyectos de mediano y largo plazo.

Cómo proteger a los recursos humanos de los riesgos derivados de la actual pandemia y las venideras.

Por último propuso un homenaje a los integrantes de los equipos de salud, trabajadores que luchan día a día contra la COVID-19, y particularmente por aquellos que ofrendaron sus propias vidas en esa lucha.

4.4.- Dra. Karin Kopitowsky (HIBA)

Inició su presentación expresando que formularía sus aportes con una visión caracterizada por su rol asistencial en el primer nivel de atención en medicina familiar.

Expresó que si bien es común la proclamación discursiva (políticamente correcta) de las virtudes del médico de familia o del médico generalista, en la realidad esos profesionales están sometidos a una manifiesta desprotección y hasta “ninguneo”. En general, al desconocerse o desvalorizarse la relevancia de sus roles y prestaciones, suelen ser los primeros perjudicados en cualquier proceso de reorganización de servicios.

Reconoció que las consideraciones que formularía acerca del gasto en salud podrían parecer inoportunas en un momento en que la mayor parte de los establecimientos exhiben una notoria preocupación por la caída en la concurrencia de pacientes para consultas y estudios, así como una razonable avidez por aumentar prestaciones.

Señaló, sin embargo, que dentro de las circunstancias sanitarias críticas que transitamos -en el escenario de una grave contracción económica- no resulta razonable continuar dilapidando recursos en prácticas innecesarias o con escaso valor. Se presenta así una oportunidad inédita para replantear ciertas rutinas de provisión excesiva de prácticas preventivas, de “screening” o tamizaje, y ajustarlas a lo necesario y en los períodos pertinentes.

Algunas prácticas preventivas se realizaban con una frecuencia exagerada para ciertos niveles de cobertura, tales como el control de peso, PAP, mamografía, glucemia, colesterol, HIV, cáncer de colon. En la mayoría de los casos tales prestaciones podrían espaciarse, con plena seguridad, disminuyendo costos y eventuales riesgos. La expositora mencionó específicamente prácticas de screening o tamizaje mediante bacteriuria asintomática, ECG en bajo riesgo, doppler carotideo, espirometría, cáncer de testículo y cáncer de tiroides.

El exceso de prácticas y el aumento de sus frecuencias por encima de los períodos indicados derivaron en un aumento desmedido en los costos y en una excesiva “medicalización” de la vida de las personas. Las fuentes indican, por ejemplo, que la pandemia COVID-19 mostró que una alta proporción de estudios neurológicos (electroencefalogramas, electromiogramas, resonancias, mapeos cerebrales, polisomnografías, estudios del equilibrio, potenciales evocados y doppler carotideo) se hacen innecesariamente en pacientes asintomáticos para mero “control”. Con relación a las consultas, la epidemia mostró que (al menos) la mitad pueden resolverse en forma virtual, e incluso una proporción mayor cuando se realizó una primera evaluación presencial.

En ese marco concluyó señalando un conjunto de fenómenos y oportunidades emergentes de la pandemia COVID-19:

(a) Resulta la alarmante la caída en la atención de emergencias (infartos, ACV) y -desde su perspectiva- la discontinuidad de ciertas prácticas fundamentales como la inmunización infantil y la anticoncepción. Debería lucharse con firmeza contra esta caída inaceptable.

(b) La crisis representa una oportunidad para reducir cuidados médicos excesivos e innecesarios, dejando así de despilfarrar recursos en prácticas prescindibles (muchas veces “menos es más”) (ver: “COVID-19: an opportunity to reduce unnecesary healthcare”) (*)).

(c) Mantener las prácticas necesarias a intervalos adecuados (por ejemplo: glucemia, colesterol).

(d) Muchas condiciones médicas pueden ser tratadas en el hogar familiar sin requerir atención hospitalaria.

(*) “COVID-19: an opportunity to reduce unnecesary healthcare” Ray Moynihan, Minna Johansson, Alies Maybee, Eddy Lang. British Medical Journal (BMJ) 2020; 370. Published 14 July 2020. DOI: 10.1136/bmj.m2752

4.5.- Dr. Carlos Navarro (CUBRA)

Inició su presentación señalando que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los sistemas de salud se apartaron de los valores centrales de la Atención Primaria de la Salud (APS): (a) equidad sanitaria, (b) acceso universal, (c) atención centrada en la persona, y (d) comunidades sanas. La OPS-OMS adjudica dicho apartamiento a tres tendencias que hoy se manifiestan en los servicios de atención, hacia: (a) el hospítalocentrismo, (b) la mercantilización, y (c) la fragmentación.

Asoció dichas tendencias al hecho de que la estrategia integradora de la Atención Primaria de la Salud (APS) se confunde erróneamente con un “conjunto de actividades” o con un “nivel de atención”, así como al uso corriente del término “paciente”, que proviene del latino “patiens” que denota “sufriente” o “sufrido”. Por tanto, el “paciente” -con un rol netamente pasivo-.es “aquella persona que sufre de dolor y malestar y se somete a cuidado médico profesional para la mejora de su salud”.

El empoderamiento del paciente implica un cambio de mentalidad, junto con la erradicación de ciertas actitudes y hábitos muy arraigados en el sistema. Un paciente empoderado dispone de: (a) la mayor información posible acerca de la enfermedad que padece y de las posibles opciones para tratarla, (b) capacidad para decidir, en corresponsabilidad con el médico y con el equipo médico, para satisfacer sus necesidades y resolver sus problemas, con pensamiento crítico y control sobre su vida.

La OMS define al empoderamiento del paciente como un “proceso mediante el cual las personas adquieren un mayor control sobre las decisiones y acciones que afectan su salud”. Para ello necesitan “desarrollar habilidades, tener acceso a información y recursos, y la oportunidad de participar e influir en los factores que afectan su salud y bienestar”.

En los pacientes empoderados pueden distinguirse diversos factores clave: (a) autoconocimiento, autocuidado, autoeficacia, autoconfianza, (b) habilidades de afrontamiento; (c) alfabetismo en salud; (d) participación y control (del paciente y sus familiares) sobre la enfermedad y los posibles tratamientos; y (e) responsabilidad compartida en las decisiones.

Posteriormente hizo referencia al sistema de atención de la salud en la Argentina, distinguiendo entre: (a) el sistema público (accesible a todos), (b) la seguridad social (de afiliación obligatoria para los involucrados) y (c) la medicina privada prepaga (de afiliación voluntaria).

Concluyó señalando que el sistema de salud de la Argentina opera sustentado en un conjunto de confusiones y desvíos conceptuales que, por sí, lo tornan prácticamente inviable: (a) se considera la APS como un mero “nivel de atención” y no como una estrategia integradora de todo el sistema de salud, (b) se considera al paciente como un sujeto meramente pasivo y no como una persona empoderada para ejercer plenamente sus derechos a ser informada y a decidir –en corresponsabilidad con el equipo médico- en todo lo que afecta su salud y bienestar, y (c) se confunde lo “público” con lo “estatal”; resultando cuestionable la “integración de sistemas mixtos”, ya que terminan implicando una mera transferencia de fondos desde el sector de gestión privada al sector de gestión estatal.

Finalizó afirmando que el proceso de integración del sistema de salud en la Argentina sólo será posible con una auténtica participación de todos los actores del sector, y con el convencimiento de trabajar por un sistema único, con el subsistema de gestión estatal y el de gestión privada bregando por ser reconocidos como públicos, o al menos de interés público, como única manera de ser incorporados en la agenda pública del gobierno.

En la actualidad, cuando el subsistema de gestión estatal entra en crisis, se recurre siempre al subsistema de gestión privada y éste presta apoyo. Pero cuando desde la gestión privada se reclama acerca de la insuficiencia de los recursos, la respuesta es siempre: “ustedes son privados, arréglense con sus financiadores”.

4.6.- Síntesis del Coordinador de la Mesa: Dr. Javier Vilosio (CA.DI.ME)

El Dr. Vilosio señaló que el hecho de que debamos convivir con la pandemia permite apreciar las perspectivas previsibles sobre la producción, el trabajo, la educación y el estado de ánimo de la población. Europa está transitando una segunda ola de la pandemia y cabe avizorar que también llegará por aquí y nos sorprenderá bastante mal parados.

Respecto de la Atención Primaria de la Salud (APS) en la Argentina expresó que dicha estrategia se enuncia permanentemente en el plano discursivo, pero que en la realidad no existe una auténtica estrategia de integración y articulación entre el sector estatal y el privado. Resulta prioritario encararla para poder responder de mejor manera a los desafíos venideros.

En la Argentina el achatar la curva de contagios significó prolongar la fase de trasmisión comunitaria sostenida y ello implica una menor disponibilidad de integrantes de los equipos de salud (profesionales, técnicos y auxiliares) para afrontar los desafíos venideros. Además, gran parte de dichos integrantes están hoy agobiados y agotados por el esfuerzo realizado.

Posteriormente recordó que hace ya casi un siglo que se considera a las epidemias como fenómenos sociales con algún componente biológico, e hizo referencia al concepto de “sindemia” (citado por uno de los expositores), que caracteriza una situación en la que dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la suma de los daños provocados por cada enfermedad.

Abordar la COVID-19 como sindemia permite no solo prevenir contagios y muertes, sino también considerar factores del contexto social en que viven las personas (aislamiento, desempleo, paralización, pauperización) y sus efectos. En términos de salud significa abordar también sus consecuencias en términos de depresión, hipertensión, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, cáncer, etc.

Dado que la COVID-19 interactúa con un conjunto de enfermedades no transmisibles y que obstruye la atención de estas últimas (provocando retraso en las consultas, cancelación de controles y suspensión de tratamientos en curso), sumado a un contexto de disparidad social y económica, exacerba los efectos adversos de cada una de las enfermedades.

La desatención de todo el espectro de enfermedades “no COVID” implica que se está demorando el diagnóstico de enfermedades potencialmente curables, las que posiblemente serán diagnosticadas cuando sean menos curables. Por otra parte, muchas familias cancelan o dejan de pagar sus planes de salud debido a dificultades económicas.

Destacó que, dentro del entorno previsible de escasez, se torna imprescindible hacer más eficiente el gasto en salud. Ello significa asignar los recursos allí donde sean más útiles, donde tengan mayor impacto en términos de salud de la comunidad y del bienestar de las personas. Y esos lugares no son necesariamente los de mayor complejidad donde se ponen en juego los aportes tecnológicos más avanzados, sino que son aquellos donde se actúa en términos de prevalencia, relevancia, racionalidad en el cuidado, cuidado sostenido, recurso humano e infraestructura primordial.

Concluyó señalando que la principal problemática del sistema de salud argentino es que, debido a su fragmentación y desarticulación, se ha constituido en una auténtica Torre de Babel. Por tanto, resulta prioritario concertar una genuina estrategia de APS para la integración y articulación del sector, así como para fortalecer y calificar a los equipos de salud, en todos sus roles y niveles.

5.- Escenario económico y alternativas de reforma sectorial. Oscar Cetrángolo

Inició su exposición reseñando algunos aspectos del escenario económico en la Argentina. Destacó que la pandemia agravó la ya crítica situación socioeconómica preexistente, configurada por: (a) un prolongado período de estancamiento económico desde el año 2012, (b) elevadas y crecientes tasas de inflación, (c) alto desequilibrio fiscal con elevado déficit público, (c) graves implicaciones sociales del estancamiento, (d) crecimiento de la pobreza y la indigencia, y (e) creciente gasto público asistencialista, que no mejoró ni la salud ni la educación ni el desarrollo humano,

Señaló que, en la Argentina, el gasto en salud representa un 10% del PBI, que es un porcentaje análogo al de países que han logrado excelentes sistemas de salud. Proporcionó un conjunto de guarismos acerca de la distribución del gasto en salud en términos territoriales y por tipo de cobertura. Mostró así una notoria heterogeneidad, que implica un sistema netamente fragmentado con enormes diferencias (inequidad). Mientras algunos sectores exhiben una flagrante superposición de coberturas, otros no disponen –prácticamente- de cobertura alguna.

Expresó que el impacto de la crisis sanitaria adjudicable a la pandemia resultó agudizado por la fragmentación y desarticulación del sistema de salud.

Caracterizó la situación social de la Argentina en los siguientes términos: (a) Altas tasas de desocupación, (b) Alto número de hogares bajo la línea de pobreza o en indigencia, (c) Altísimo número de menores de 15 años en situación de pobreza o indigencia. Enfatizó en que los datos más alarmantes son los referentes a la situación de los niños

Se refirió posteriormente al crítico estado de las cuentas públicas y a las proyecciones presupuestarias de la Argentina, las cuales exhiben diversos desequilibrios, contrastes e inconsistencias.

Como cierre hizo referencia al “Día después de la pandemia” en función de: (a) estado de la salud y del ánimo de la población, (b) la situación económica y social, y (c) las capacidades del sector público y sus relaciones con el sector privado.

Concluyó expresando la necesidad de revisar las prestaciones que deben “brindar” las obras sociales y prepagas a través del Programa Médico Obligatorio (PMO), dado que sus costos no resultan compatibles con las cápitas de la mayor parte de las instituciones. Resulta imprescindible distinguir entre las prestaciones prioritarias y no prioritarias.

También aludió al conjunto de mecanismos de intermediación que aumentan significativamente los costos del sector, así como a la pertinencia de analizar su razón de ser.

6.- Conclusiones de la Jornada. Dr. Javier Vilosio (CA.DI.ME)

El Dr. Vilosio señaló que, dentro de la puja que hoy se manifiesta por los apoyos, auxilios y susidios sectoriales, a cargo del Estado, las empresas integrantes de CA.DI.ME requieren una continuidad de los apoyos y no está claro cómo podrán obtenerlos.

Señaló la insuficiencia de interlocución con los niveles de decisión política, manifestándose la continuidad de un longevo problema de las burocracias, que dicen resguardar a las pymes, pero que -en los hechos- favorecen a los grandes grupos empresarios.

7.- Cierre. Palabras del VicePresidente de CA.DI.ME, Doctor Martín Enrique Iturraspe

El Dr. Iturraspe cerró la Jornada señalando que es fundamental una mayor interrelación del gobierno con las instituciones del sector para diseñar nuevas políticas y estrategias con base en la realidad vivida por dichas instituciones.

Manifestó su inquietud acerca de cómo se van a subsanar los problemas de las pymes del sector cuando desaparezcan los actuales apoyos y subsidios del Estado, y cómo podrán dichos actores superar la brecha entre los crecientes costos y los menguantes ingresos.

Subrayó la necesidad de revisar el Programa Médico Obligatorio (PMO) como canasta básica de prestaciones obligatorias para todas las obras sociales y prepagas, señalando que el actual PMO no resulta atendible por las instituciones.

Concluyó agradeciendo, en nombre de CA-DI.ME y de la Fundación DPT, a todos los disertantes y participantes de la Jornada.