Newsletter DPT Nro. 59

ISSN 2618-236X

Abril / 2021

NOTICIAS INSTITUCIONALES

RESEÑA DEL CURSO "OPORTUNIDADES PARA LA VALORIZACIÓN DE BIOMASA EN ARGENTINA" – Fundación DPT, 16 al 22 de marzo de 2021

El Curso “Oportunidades para la valorización de biomasa en Argentina” representó, para los cursantes, una ocasión única para obtener un panorama integrador del enorme potencial de desarrollo –económico, social y ambiental- que reserva la biomasa disponible en nuestro país.

Dada la riqueza conceptual, informativa y empírica de cada sesión, a cargo de docentes de primer nivel nacional en las respectivas áreas temáticas, no es posible formular una reseña representativa del contenido. Por tanto, sólo se trascribe aquí el temario de cada sesión, junto con algunas nociones centrales.

Se denomina “biomasa” a la materia orgánica originada en procesos biológicos espontáneos o provocados. Incluye productos, residuos y desechos de origen biológico -vegetal y animal- procedentes de actividades agropecuarias, de silvicultura, pesca, acuicultura, avicultura, apicultura e industrias conexas, así como los residuos industriales y comerciales de origen biológico. También se considera biomasa la materia orgánica de las aguas residuales y los lodos de depuradora, así como la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos.

El propósito del curso fue difundir cómo puede maximizarse el valor de toda esa materia orgánica utilizándola como materia prima para generar bioproductos, biomateriales y biocombustibles, y minimizando el desperdicio.

BIENVENIDA E INTRODUCCIÓN AL CURSO: Dr. Alejandro Mentaberry (Universidad de Buenos Aires (UBA)-CONICET)

En su carácter de director y coordinador del curso, el Dr. Alejandro Mentaberry pronunció las palabras de bienvenida y enunció los principales propósitos de la actividad, señalando que el aprovechamiento de la biomasa ofrece un amplio espacio de oportunidades para posibles iniciativas industriales con inserción en mercados internacionales.

Postuló la viabilidad de un modelo de desarrollo que armonice factores que -en la Argentina- se perciben frecuentemente como antagónicos (mercado vs. estado, sector público vs. privado, crecimiento vs. distribución, mercado interno vs externo, etc.). Señaló que el pensamiento basado en falsos antagonismos, constituye una rémora para el despliegue del potencial innovador y productivo nacional, así como para construir las bases para un desarrollo -económico, social y ambiental- sustentable.

PRIMERA CLASE: “Oportunidades para la valorización de biomasa en la industria forestal”.- Dra. María Cristina Área (Instituto de Materiales de Misiones (IMAM)-CONICET/UNaM)

La temática tratada fue la siguiente: (a) Biomasa forestal como fuente de bioproductos, biomateriales y biocombustibles, (b). Productos innovadores de segunda generación (2G), (c) Productos para la industria alimentaria, (d) Productos para la industria farmacéutica y cosmética, (e) Nuevos bioplásticos y materiales compuestos para impresiones 3D, (f) Innovación en empaques, y (g) Productos innovadores de uso industrial.

Uno de los conceptos centrales fue la “biorrefinación forestal” como:

1.- Una estructura que integra procesos de producción a partir de la biomasa: (a) bioproductos (por ejemplo: polímeros, químicos de plataforma). (b) biomateriales (por ejemplo: plásticos, textiles, composites), (c) biocombustibles (por ejemplo: etanol, biogás).

2.- Un concepto análogo al de las refinerías de petróleo (desestructurar la materia prima para trabajar con sus componentes), pero usando recursos renovables.

La producción asociada a la biorrefinación forestal se enmarca en principios de desarrollo sustentable: (a) equilibrio entre el desarrollo económico y social y la protección ambiental, (b) concordancia entre la tasa de producción y la tasa de regeneración de recursos, (c) valorización de la materia prima mediante una explotación integral, generando los productos tradicionales (como pulpa y papel) y una gama de productos de alto valor agregado, con el menor desperdicio posible, (d) adopción de desarrollos tecnológicos, tales como mejoras genéticas de las especies forestales (producir el mejor árbol con las mejores características), y (e) adopción de innovaciones ligadas a la optimización de los usos en la madera, tales como tratamientos para prolongar su resistencia y duración, especialmente para la construcción de viviendas.

La idea es promover el aprovechamiento de residuos en cascada, para obtener -a través de diversos procesos- los materiales más valiosos, de manera que sólo vayan a la caldera aquellos residuos de los cuales no puede obtenerse nada más valioso.

Dado que la industria de productos forestales es netamente conservadora, tanto en términos de mercado como de características de la demanda, resulta prioritario: (a) innovar en productos, procesos, configuración organizativa y modelos de negocios, y (b) actualizar la organización para transformarla en una industria moderna.

Posteriormente se presentaron ejemplos de productos innovadores de segunda generación, encuadrándolos en las siguientes categorías: (a) Productos para la industria alimentaria, (b) Productos para la industria farmacéutica y cosmética, (c) Nuevos bioplásticos y materiales compuestos para impresión 3D, (d) Nuevos materiales para empaques, y (e) Productos innovadores de uso industrial.

Se concluyó señalando que la aplicación del concepto de biorrefinería sería una vía eficiente para ir mejorando la realidad del sector forestal en el país. Para concretarla sería necesario realizar una evaluación de la potencialidad de cada fábrica para definir posibles nuevos productos y procesos.

 

SEGUNDA CLASE: “Aprovechamiento de la biomasa en la producción de materiales y sus aplicaciones”. Dra. Mirta Inés Aranguren (Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA) – CONICET/UNMdP

La temática tratada fue la siguiente: (a) Biomonómeros y polímeros derivados, (b) Biopolímeros: fuentes y extracción. (c) Bioplásticos. (d) Biofibras y partículas, (e) Materiales compuestos, (f) Nanocompuestos, (g) Aplicaciones en industrias de alimentos, medicina, automotriz, de la construcción, agroindustria, (h) Materiales estructurales y semiestructurales, aglomerados, (i) Empaques y envases, (j) Adhesivos y recubrimientos, (k) Espumas y membranas. (l). Microencapsulados.

Se inició la exposición señalando que, mientras el crecimiento previsto en la población mundial implica un “stress” en la disponibilidad de alimentos, energía y materiales, la sociedad derrocha cotidianamente grandes volúmenes de dichos recursos (por ejemplo: excesos en el consumo de calefacción o refrigeración, descarte de residuos valiosos).

Por tanto, el primer principio debería ser “no malgastar”. Dado que todo lo que hagamos tendrá efectos en el medio ambiente, será necesario reemplazar fuentes de energía no renovables por renovables, promover el reciclaje, el re-uso, la biodegradación y el compostaje, así como investigar en las distintas líneas que contribuyen a un futuro sostenible. El desarrollo sostenible es aquel que permite satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la satisfacción de necesidades de las generaciones futuras.

Los productos o materiales “biobasados” (derivados total o parcialmente de la biomasa) son compatibles con el desarrollo sostenible, si bien no todos los materiales biobasados son biodegradables o compostables.

Posteriormente se hizo referencia a las macromoléculas, los polímeros, la polimerización, así como a dos grupos de polímeros: (a) los producidos artificialmente (sintéticos o industriales), y (b) los producidos por la naturaleza (biopolímeros). Se trató también sobre los siguientes grupos de materiales poliméricos (según su respuesta termo-mecánica): (a) Termoplásticos; (b) Termorrígidos (o termoestables), y (c) Elastómeros.

Con relación a los polímeros naturales, se hizo referencia a los polisacáridos. La celulosa es el más importante de los polisacáridos estructurales en las plantas, mientras que la quitina cumple un papel equivalente al de la celulosa, pero en los hongos, y además es la base del exoesqueleto de los artrópodos y otros animales emparentados.

Se hizo una amplia y detallada referencia sobre los distintos tipos de productos y materiales “biobasados” que pueden obtenerse a partir de la abundante biomasa disponible en la Argentina.

Se concluyó haciendo referencia al “Sello Bioproducto Argentino” como herramienta que promueve los biomateriales y bioproductos elaborados con materias primas renovables provenientes de la actividad agroindustrial. Se trata de una distinción oficial que otorga el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación a los biomateriales y bioproductos de la industria nacional que estén elaborados con materias primas renovables provenientes del sector agroindustrial, y se destaquen por su innovación y aporte a la sostenibilidad.

La herramienta promueve oportunidades de valor agregado a los productos, subproductos y residuos de la industria agropecuaria, en la conformación de una nueva cadena productiva. El mérito para el otorgamiento del Sello es evaluado por la Comisión Nacional Asesora en Biomateriales (COBIOMAT) integrada por expertos provenientes de sectores académicos, productivos y gubernamentales de todo el país.

 

TERCERA CLASE: “Desarrollos en el sector agrícola pampeano central” – Ing. Agr. Fernando Vilella (Universidad de Buenos Aires (UBA)

La temática tratada fue la siguiente: (a) Agricultura ambientalmente inteligente, (b) Los cereales y oleaginosas como fuente masiva y diversa de biomasa, (c) Proteínas animales y vegetales, (d) Bioenergía, (e) Integración de la agricultura y la ganadería en circuitos de economía circular, (f) Ganadería carbono neutra, (g) Biomasa y construcción sustentable, (h) Conexión con los consumidores globales, (i) Certificaciones y trazabilidad.

La exposición se inició resaltando la relevancia del sector agrícola pampeano central como un actor dinámico y competitivo que viene desarrollando un sistema de producción amigable con el ambiente y con el entorno social.

Enfatizó en el concepto de Agricultura Ambientalmente Inteligente o Agricultura Inteligente (AI) como una agricultura de procesos, con un enfoque sistémico que tiende a conservar e incrementar los servicios del ecosistema en el que se inserta, que procura la mejora continua y el manejo adaptativo y sustentable de los sistemas productivos y que permite el gerenciamiento de la heterogeneidad ambiental.

Destacó la necesidad de que todo proyecto de futuro responda a los principios del desarrollo sostenible como condición básica de viabilidad, así como a los compromisos asumidos respecto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático; París, 2015)

La visión de la Agricultura Inteligente (IA) implica un alejamiento de la “Economía Lineal” (materia prima – producción – consumo – desperdicio) para ir hacia una “Economía Circular”, en la cual se procura minimizar los impactos de lo que hacemos y los residuos se constituyen en insumos para la generación de productos, con agregación de valor y una relevante contribución al cuidado del ambiente y al desarrollo social.

Con base en los referidos principios se mostraron ejemplos y casos sumamente pertinentes acerca de las fortalezas y oportunidades accesibles en materia de productos de biomasa (animal y vegetal) para países como la Argentina, que disponen de una presencia importante y de un potencial altamente favorable en el escenario global previsto. Para potenciar las fortalezas y concretar las oportunidades es fundamental reformular la estructura de productos en términos de re-uso y reciclado con agregación de valor. Por ejemplo, promover una estrategia nacional de “química verde” con base en el etanol producido con granos de maíz.

Entre otros ejemplos se hizo referencia a la industria de la construcción, donde los insumos tradicionales (cemento, cal) implican una alta emisión de carbono. El reemplazo de esos materiales por materiales de base biológica (por ejemplo: paneles de trigo) puede reducir sustancialmente la emisión con notorias ventajas, por ejemplo, en el aislamiento térmico y acústico.

También se hizo referencia a las exigencias de calidad, trazabilidad y certificación que regirán en los mercados globales de primera línea (con alto valor); por ejemplo, certificaciones de procedencia, de bienestar animal, de no antibióticos y libre de hormonas, alimentación natural, anabólicos naturales) Es frecuente que en esos mercados se exija que los atributos de calidad estén avalados científicamente.

La Argentina dispone del 2% de la biomasa del mundo, mientras que sólo reúne al 0,6% de la población global. Por tanto, su biomasa per cápita representa un enorme excedente disponible para producir y comercializar (hacia el mundo) productos y materiales con valor agregado. Sin embargo, la disponibilidad de biomasa no tiene prácticamente ningún valor si no se dispone de un sistema científico-tecnológico acorde a los requerimientos de conocimiento y de disposición innovadora, así como de capacidades y habilidades para poder aprovechar esas ventajas. La competencia entre países y regiones se centra –hoy- en la calidad de sus sistemas educativos, más que en cualquier otro atributo.

Se concluyó mostrando que la Bioeconomía es un importante instrumento que promueve un desarrollo territorial resiliente y representa un claro desafío geopolítico porque requiere un ambicioso plan de ordenamiento territorial de la nación.

 

CUARTA CLASE: “Valorización de los recursos marinos argentinos” – Dra. Águeda Elena Massa. Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC) CONICET/INIDEP)

La temática tratada fue la siguiente: (a) La biodiversidad y los recursos biológicos del Mar Argentino, (b) Pesca y acuicultura, (c) Recursos genéticos y biotecnología marina, (d) Procesamiento de desechos y descartes pesqueros, (e) Alimentos y productos de alto valor agregado derivados de microorganismos, algas, moluscos, crustáceos y peces, (f) Aceites, enzimas y compuestos nutracéuticos, cosmetológicos y farmacológicos, (g) Biopolímeros y pigmentos, (h) Biocombustibles.

La exposición se inició destacando la enorme magnitud y relevancia de los recursos hidrobiológicos disponibles en la Argentina, en términos de Bioeconomía Marina (“Pampa Azul”!). El Mar Argentino ofrece una variedad de algas, peces, crustáceos, moluscos y bacterias cuyo potencial permanece insuficientemente explorado y conocido. En materia de biotecnología azul se han desaprovechado grandes oportunidades de desarrollo tanto económico como social, y aún está “todo por hacer”.

La actividad pesquera de Argentina exhibe favorables expectativas de futuro, dada la importancia de los recursos disponibles. La Argentina tiene un extenso litoral marítimo y una inmensa plataforma continental hacia el Atlántico Sur, con unas 1.000 especies (entre peces, crustáceos, moluscos y mamíferos). Por su extensión y biodiversidad es uno de los bancos de pesca más ricos del planeta-

En la actualidad la actividad pesquera nacional se concentra en los puertos de Mar del Plata, Puerto Madryn y Puerto Deseado. En términos de especies, la mayor parte de la producción nacional proviene de la pesca de merluza, calamar, merluza de cola, langostino y centolla.

El aumento descontrolado de la producción trajo aparejado severas restricciones a la captura (cuotas de captura), que –junto con el descarte de capturas no buscadas, implican una significativa pérdida en la producción.

El desafío actual de la industria pesquera reside en orientar su esfuerzo hacia productos de alto valor agregado por unidad de peso, así como buscar posibilidades de mercado para aquellas especies cuyas capturas aún pueden tener un incremento significativo.

La pesca fluvial y lacustre sólo alcanza el 2% de la producción total del país; en parte debido a la contaminación del sector fluvial. Se practica la pesca comercial artesanal de sábalo, pejerrey, surubí, dorado y patí. En el caso de los lagos patagónicos se destaca la siembra de salmones y truchas.

La acuicultura y la maricultura exhiben un vasto potencial de desarrollo en la Argentina. La FAO destaca que Argentina es uno de los principales países para el desarrollo de la producción acuícola.

Por la Ley N° 27.167 se creó el Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos – PROMAR, para generar un marco legal y coordinación entre los actores involucrados en la tarea de conocer y cuidar los espacios marítimos argentinos. De esta manera, se instituyó un consejo de administración interministerial. Asimismo el Estado argentino renovó su compromiso relanzando la iniciativa Pampa Azul para fortalecer el espíritu de sus objetivos y articular las acciones impulsadas por las distintas áreas del Estado en el campo de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación en el mar.

La exposición focalizó posteriormente en las amplias posibilidades de valorizar los residuos de las referidas actividades, proporcionándose ejemplos y casos de emprendimientos sumamente pertinentes.

Se concluyó señalando que el aprovechamiento de las nuevas oportunidades está asociado a la constitución de un nuevo empresariado, ya que no cabe esperar que estén dispuestos a arriesgar en nuevos emprendimientos quienes están habituados a la riqueza relativamente “fácil” de la explotación convencional.

 

QUINTA CLASE: “Alimentos y desarrollos regionales en NEA y NOA” – Dr. Lino Barañao (Universidad de Buenos Aires (UBA)-CONICET)

La temática tratada fue la siguiente: (a) Productos regionales y mercados internacionales potenciales, (b) Oportunidades y debilidades para el desarrollo de productores pequeños y medianos del Norte Argentino: (i) Guayaba (Psidium guayaba) y feijoa (Acca sellowiana) como sustitutos nutricionales del kiwi, (ii) Tuna (Opuntia ficus) como fuente de exportación de fruta, aceite, forraje y biomateriales, (iii) Variedades de ricino (Ricinus comunis) para la obtención de biodiesel, lubricantes, fertilizante y bioinsecticida, (iv) Aceite de nuez criolla (Juglans regia) como suplemento nutraceútico, (v) Especies de bambú para su procesamiento en brotes alimenticios y fibra de usos múltiples

La exposición se inició destacando que: (a) la innovación en Bioeconomía puede contribuir a la solución de dos grandes problemas de la Argentina, a través de la generación de empleo y de divisas, (b) ello requiere cambios significativos en las estrategias de desarrollo, y (c) es necesario ver lo que se demanda afuera y ver la forma de responder a esa demanda.

Posteriormente se enunció la necesidad de “Catalizadores de Cadenas Globales de Valor (CCGV)”, de manera que los Productores puedan interactuar con los CCGV para llegar –con los productos y atributos más adecuados- a los Mercados Internacionales.

Se señaló que hoy se distinguen, en materia de productos agropecuarios, dos tipos de mercados: (a) los mercados “masivos”, con escasa diferenciación, y (b) los mercados “de consumo responsable”, con alta diferenciación en términos de sostenibilidad, calidad, trazabilidad, comercio justo, diseño, historia y trayectoria del proveedor, exclusividad. Los mercados “de consumo responsable” ofrecen mayor valor que los “masivos”.

Se presentaron diversos ejemplos y casos de participación en mercados “de consumo responsable” Posteriormente se hizo referencia al mercado de alimentos orgánicos, señalándose que aun cuando no existen aún evidencias contundentes sobre sus ventajas en términos de salud, permiten obtener mucho mayor valor y posibilidades de empleo regional.

Entre diversos ejemplos y casos altamente pertinentes en materia de oportunidades regionales, se hizo referencia a la explotación del guanaco, la llama, las plantas ornamentales, el cannabis (para tratamiento de epilepsia refractaria), el bambú, la tuna, el ricino, el azafrán, etc.

 

SEXTA CLASE: “Emprendimientos regionales en la Patagonia Argentina” -Ing. Ftal. Brigitte Van den Heede (Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP))

La temática tratada fue la siguiente: (a) Contexto económico, mercados y factores socioculturales de la bioeconomía en la Patagonia Argentina, (b) Recursos naturales, diferenciación y competitividad, (c) Productos y servicios alimentarios y no alimentarios derivados de la agroforestería Patagónica, (d) Acuicultura de agua dulce y marina, (e) Iniciativas vinculadas al turismo en la naturaleza y a los servicios ecosistémicos, (f) Gastronomía patagónica, (g) Biodiversidad y recursos genéticos.

La exposición se inició resaltando la relevancia del entorno internacional para cualquier iniciativa vinculada a la Bioeconomía en el país y la región, particularmente el Acuerdo de París contra el Cambio Climático y el Convenio sobre Diversidad Biológica. Asimismo los países están sujetos, en sus iniciativas de internacionalización, a las estrategias focales de sus respectivos Programas Nacionales de Bioeconomía.

Posteriormente se enunciaron indicadores de recursos de biomasa de la Argentina, que cuenta con 53.299.729 hectáreas de bosques nativos y de 37.411.993 hectáreas de cultivos. Se señaló que frecuentemente no se reconoce la enorme relevancia de los bosques nativos en términos de bioeconomía, que podrían ser fuente de valiosos insumos químicos y farmacológicos.

Con relación a la Patagonia se destacó su gran superficie (1.868.000 km2), su baja densidad demográfica (2,5 habitantes por km2), sus 3.700 km de costa, sus 4.100.000 ha de bosques nativos, sus 100.000 ha forestadas y sus 500.000 ha aptas para forestar. La Patagonia reúne el 79% de la producción de petróleo y el 73% de la de gas natural del país. Es el primer productor de aluminio y de langostinos en el país. Exporta 90% de su producción de peras y manzanas (400.000 tn/año). Se señalaron también sus existencias ovinas y bovinas.

Respecto de las capacidades de investigación e innovación, se señaló que la Patagonia dispone de 6 universidades, de 77 centros de investigación y de 2.118 investigadores, de los cuales entre 30-56% se encuadra en ciencias exactas y naturales, 4-12% en ingeniería y tecnología y 20-40% en ciencias sociales. Se registran 365 proyectos de I+D+i

Con relación a la estructura empresarial, se destacó la existencia de una mayoría de empresas mipyme (más de 90%) dedicadas mayormente a servicios y comercialización, así como a agricultura, ganadería y pesca, minería y construcción. Las empresas de manufactura están por debajo de las 300 y se localizan fundamentalmente en Neuquén y Rio Negro.

La Patagonia padece desventajas asociadas a su lejanía de los grandes centros de consumo. Por carecer de líneas ferroviarias, es frecuente que los costos de transporte superen al valor de las mercaderías transportadas. Para exportar es necesario acceder a puertos (San Antonio Oeste, Comodoro Rivadavia o Rio Grande) con suficiente escala. La región patagónica experimenta también notorias limitaciones de infraestructura en materia de energía, redes de comunicación, redes viales y transporte terrestre y aéreo.

En el marco de “discutir, consensuar y valorar los recursos naturales renovables, haciendo un uso inteligente de la biomasa proveniente de los mismos”, se abordaron las oportunidades que tiene la región en términos de Bioeconomía, entendiéndola como un concepto que valoriza el aprovechamiento integral y sostenible de la biomasa, incorporando ciencia, tecnología e innovación para obtener alimentos, biocombustibles, energía, compuestos químicos y materiales con distintos fines productivos.

Se señaló que la Bioeconomía tiene un papel fundamental para el aprovechamiento económico de la Biodiversidad que preserva la Patagonia.

Respecto de los recursos agrícolas, se postuló “diversificar las actividades actuales”: (a) dejar de considerar los subproductos como un desecho y utilizarlos como una fuente para la obtención de biomoléculas y productos de alto valor agregado, (b) adoptar el control biológico de plagas para disminuir el uso de agroquímicos y su consecuente impacto en especies naturales y beneficiosas, (c) emplear los desechos para incorporar materia orgánica a los suelos, aumentar los rindes y productividad y disminuir el uso de fertilizantes químicos, (d) adoptar nuevas actividades productivas altamente rentables, como el cultivo de especies innovadoras (lúpulo, frutos secos, etc.), (e) valorizar la apicultura y su importancia para los valles frutícolas por su rol para la polinización de cultivos frutales, (f) valorizar las matrices biológicas naturales, como la cera de abejas, que tengan impacto en otros sectores económicos a través de su procesamiento industrial, (g) valorizar al descarte frutícola, para desarrollar nuevos productos y generar más exportaciones, (h) incentivar la elaboración de productos que satisfagan las crecientes demandas del mercado y las exigencias de alimentos saludables e innovadores.

Respecto de los recursos acuáticos, se postuló “definir marcos regulatorios y de organización territorial para alentar la formación de consorcios público/privados”: (a) la región patagónica cuenta con características únicas para la explotación sustentable de recursos acuáticos, (b) los desechos de la industria pesquera, pueden utilizarse como alimento balanceado para peces y animales, (c) para desarrollar la actividad acuícola es fundamental el trabajo conjunto de los sectores académico, industrial y gubernamental, junto a la sociedad, (d) el fortalecimiento de I+D es una de las claves críticas para el despegue de la actividad acuícola.

Respecto de los recursos forestales, se postuló “contribuir con la economía nacional mediante desarrollos innovadores basados en la producción de biomasa, tanto leñosa como de productos forestales no maderables”: (a) generar más masas boscosas y usar más madera para construcción, focalizando en sus beneficios ambientales, técnicos y económicos, (b) generar nuevos productos derivados de la madera: bio- y nano- materiales, (c) utilizar los residuos leñosos para generación de energía, (d) potenciar los hongos comestibles y los bioproductos de flores y aromáticas requeridos por la demanda nacional e internacional, (e) Impulsar la I+D+i para la domesticación de especies forestales, dando lugar a una producción sustentable y de calidad homogénea..

Respecto de la biotecnología microbiana se postuló “el aprovechamiento integral de las materias primas y la reducción del impacto sobre el medioambiente, contribuyendo a visibilizar y valorizar estos recursos y su uso racional y para la protección de los mismos”: (a) utilización de microorganismos o sus productos (enzimas, polímeros, etc.) en procesos consolidados, como la industria lanera o la petrolera, así como en los procesos productivos en franco crecimiento en Patagonia, (b) elaboración de vinos de zonas frías, cerveza artesanal y aceites por métodos biotecnológicos, a partir de fuentes no convencionales que contribuyen a la innovación y diversificación en las actividades productivas regionales.

Bioeconomía: Objetivos en la región patagónica: (a) Potenciar la articulación público-privada mediante la promoción de iniciativas conjuntas en casos concretos, (b) Propiciar la vinculación de largo plazo entre los sectores científico-tecnológico, intergubernamental y privado, (c) Incrementar el valor de los recursos naturales renovables, sus productos y servicios, bajo el concepto de territorio inteligente y (d) Impulsar la construcción de agendas provinciales bajo paraguas regionales, mediante proyectos estratégicos integrados.

Consideraciones Finales

Se señaló que, para el aprovechamiento de oportunidades de valorización de la biomasa en la Argentina, es fundamental partir de un concepto consensuado. Con esa base pueden establecerse ejes de trabajo concretos, proceder a una planificación, y desde allí concretar acciones, asociaciones y redes.

Para transformar el potencial en concreciones, se requiere una reorganización y planificación territorial, así como una fuerte colaboración interjurisdiccional para suplir carencias mediante nuevos marcos regulatorios, redes de infraestructura y un Estado con capacidad para poner orden y revertir inequidades.

Se trata de impulsar una revolución basada en las ciencias y tecnologías biológicas, para explotar la biomasa con base en un contrato social de sustentabilidad, que reúna beneplácito social, sustituyendo los recursos fósiles por recursos renovables.