N.70 – Desafíos y vulnerabilidades

Introducción

El posdoctorado no es un grado académico, sino un contrato temporal que ofrecen universidades o centros de investigación a personas jóvenes que, habiendo obtenido su grado doctoral, no cuentan aún con el perfil suficiente para optar por una posición de profesor o investigador. Se trata de una fase temporaria de complementación formativa para iniciar una carrera hacia una posición más permanente. Quienes transitan la fase de posdoctorado suelen participar en proyectos de investigación con la supervisión y tutoría de un investigador más experimentado (asesor posdoctoral)..

Tanto en EE.UU. como en otros países los posdoctorados parecen ser un grupo relativamente desatendido en la jerarquía académica: (a) carecen de los derechos de los estudiantes pero no disponen de las atribuciones de los profesores e investigadores, (b) sus posiciones tienen salarios relativamente bajos y exiguo poder con relación a las responsabilidades que (fácticamente) se les suelen asignar, (c) tienen escasa seguridad laboral y están sometidos a frágiles regímenes temporarios, (d) no disponen de servicios de recursos humanos ni de apoyo institucional, y (e) deben lidiar, en fuerte competencia, para insertarse en la Carrera académica.

La presente reseña reúne dos (2) artículos relativos a factores que suelen afectar a los posdoctorados. El primero (1) trata sobre el impacto de la pandemia Covid-19 en los posdoctorados. El segundo (2) se refiere a la reinserción en la carrera académica de quienes debieron abandonarla por la incompatibilidad entre las exigencias del posdoctorado y sus proyectos personales de vida.

1.- El impacto de la pandemia Covid-19 en los posdoctorados (1)

El el año 2020 un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago (UCh) estaba analizando los resultados de una encuesta de 2019 sobre satisfacción laboral y planes de carrera de más de 6.000 posdoctorados en EE.UU. Frente al impacto de la pandemia, percibieron que los resultados de 2019 no reflejaban en absoluto la situación vigente. En octubre de 2020 volvieron a encuestar a 1.942 de los posdoctorados que habían participado en 2019 para ver cómo la pandemia había afectado su salud y bienestar, sus objetivos, su progresión y trayectoria profesional.

Los resultados fueron reveladores acerca de los efectos de la propagación global del SARS-CoV-2. Lo más impactante fue que más de un tercio de los encuestados manifestaron que no podían satisfacer sus necesidades básicas en términos de alimentación, transporte, cuidado de niños y atención médica. También casi un tercio expresaron que la pandemia había afectado en gran medida su salud mental. Un tercio había cambiado sus planes de carrera y, en comparación con encuestas anteriores, muchos más posdoctorados informaron estar desempleados. Uno de cada cuatro encuestados había cambiado sus planes de carrera como resultado directo de la pandemia. De ellos, alrededor de la mitad dijo que era mucho menos probable que buscara un puesto permanente en la academia y, en cambio, estaban considerando una carrera en la industria, el gobierno o las organizaciones sin fines de lucro (“Deseo ir a algún lugar donde me valoren y sienta que me compensan adecuadamente”).

Las medidas de salud pública asociadas con COVID-19 agregaron aun más complicaciones a las que ya venían padeciendo los posdoctorados. Los internacionales debieron afrontar dificultades de visa y cierre de fronteras; quienes eran padres debieron hacer “malabarismos” con el cuidado de los niños y el aprendizaje remoto; y quienes participaban en investigaciones que no podían realizarse en forma remota se vieron sometidos a situaciones conflictivas. El acceso restringido a los laboratorios ocasionó diversas dificultades en la investigación, en la logística y en el financiamiento, particularmente en los casos en que las subvenciones estaban supeditadas al cumplimiento de fases con plazos prestablecidos.

Quienes conocen las dificultades clásicas de la fase de posdoctorado dentro de la carrera científica señalan que la pandemia solo reveló fisuras que ya estaban presentes en la estructura de esa “parte invisible” de la empresa de investigación. La encuesta de la UCh y las entrevistas individuales indican que los desafíos provocados o exacerbados por los cambios relacionados con la Covid-19 provocaron –en muchos casos- un replanteo o incluso el abandono de la carrera académica.

Atención sobre problemas y posibles soluciones

Un lado positivo de la pandemia es que ha sacado a la luz -como nunca antes- los problemas que enfrentan los posdoctorados y brinda una oportunidad para que las instituciones se reinventen a sí mismas. Otra nota positiva que surgió de la encuesta de la UCh fue que la existencia de asociaciones de posdoctorados en el campus mejoró el acceso de los integrantes a ciertos servicios; por ejemplo, de atención de la salud mental.

Para quienes permanecen decididos a ascender en la carrera académica, la tarea se tornó aun más desalentadora, dado que la pandemia interrumpió tanto la investigación como la publicación, los rezagó en su camino hacia un puesto docente. La pandemia pudo haber ayudado a evaluar críticamente sus posibles trayectorias profesionales, dada la escasez actual de puestos docentes. Se señala como deseable que las instituciones asuman una mayor responsabilidad por los posdoctorados, garantizándoles servicios y oportunidades de capacitación y avance análogos a los que tienen para sus estudiantes de pregrado y posgrado, sus docentes y sus empleados.

2.- Segundo artículo: El retorno a la carrera científica tras un retiro prolongado: Factores inhibitorios y facilitadores (2)

Es frecuente que ciertas circunstancias vitales obliguen a investigadores a abandonar sus carreras científicas, sin considerar un posible retorno y reinserción. El artículo presenta el testimonio de la autora, investigadora en neurociencias, dirigido a mostrar que: (a) abandonar la carrera de investigación es una decisión difícil, y (b) que es totalmente factible retornar y reinsertarse en dicha carrera si se adopta el enfoque correcto. La decisión de tener hijos significó para ella la necesidad de manejar el equilibrio entre la vida familiar y la carrera científica. Dieciséis años después (superada la crianza de 3 hijos), está nuevamente en la academia y con valiosos aprendizajes sobre ella, sus actitudes hacia el trabajo y el equilibrio trabajo-familia.

En 2005 tuvo el primero de sus 3 hijos hacia el final de su primer puesto posdoctoral. Después del año de licencia por maternidad, regresó para completar este posdoctorado, eligiendo trabajar a tiempo parcial. Luego obtuvo un contrato para un segundo puesto posdoctoral en otro laboratorio, también a tiempo parcial. Después de otros 10 meses de licencia por maternidad por la llegada de su segundo hijo en 2008, pudo continuar con su investigación y finalmente publicar su trabajo. Pero con dos niños pequeños y una pareja ocupada, no podía mantener ninguna de las actividades complementarias propias de una carrera académica: asistir a seminarios, conferencias y eventos sociales; emprender actividades de desarrollo profesional; colaborar con otros investigadores y desarrollar nuevas ideas de investigación.

Debido a que le “echaban en cara” constantemente su bajo rendimiento, decidió abandonar la carrera de investigación. Al hacerlo tuvo sucesivos trabajos que le permitieron flexibilidad, horarios de medio tiempo, un ingreso razonable, la oportunidad de continuar haciendo uso de su experiencia en investigación en neurociencia. En 2012 tuvo su tercer hijo.

Tres años más tarde pudo regresar a la academia y ahora se desempeña como becaria de investigación posdoctoral en el Centro para el Descubrimiento de las Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido. Dispone de una beca de tiempo parcial de tres años de Daphne Jackson Trust, una organización benéfica del Reino Unido que apoya a las personas que regresan a sus carreras de investigación después de una pausa por motivos familiares.

Con base en su propia experiencia, su testimonio incluye los siguientes lineamientos para quienes, habiendo debido abandonar sus carreras de investigación, desean retornar y reinsertarse en la misma:

(a) Considere integralmente sus perspectivas vitales

La decisión de abandonar la carrera académica resultó facilitada al considerar lo que ella deseaba de la vida, y no solo de su trabajo. Antes de dejar la academia, investigó opciones para regresar y se inspiró en dos científicas que habían superado exitosamente las interrupciones en sus carreras. Fue alentador descubrir esas trayectorias y ver que otras investigadoras habían optado por combinar su vida laboral y familiar de maneras no convencionales en la academia. Sin embargo, después de un tiempo de alejamiento, la idea de retornar la aterrorizaba: le preocupaban sus capacidades, el no sentirse a la altura de las demandas del entorno de investigación, así como el hecho de que estaría sumamente rezagada en términos de progresión de carrera esperada. Pero tenía ideas incipientes que le interesaba explorar, por lo que aprender de antiguos colegas la impulsó para regresar.

(b) Tome en cuenta sus propias actitudes sobre el trabajo y la carrera

Alejarse de la carrera académica se percibe, con demasiada frecuencia, como un fracaso. Aun estando convencida de que había tomado sus propias decisiones y que no había “fracasado”, le sorprendió el peso de esa creencia que había asimilado del entorno de investigación. Le tomó tiempo deshacer esa asociación negativa (el “fracaso”) y abordar sus propias inseguridades en torno de su carrera profesional. Fueron de gran ayuda sus valores fundamentales sobre el trabajo: (i) valorar y disfrutar auténticamente su trabajo, (ii) evitar que el estrés laboral penetre en su hogar y en la relación con su pareja e hijos, y (iii) procurar que sus hijos vean al trabajo como una parte útil de nuestras vidas, sin que se apodere de nuestras vidas.

(c) Desarrolle su propio conjunto de habilidades académicas

Dado que tenía la intención de retornar a la investigación, buscó trabajos que pudiera realizar desde su casa y en sectores que le ayudaran a desarrollar y demostrar habilidades que buscarían sus potenciales empleadores académicos. Como editora de idiomas, estuvo involucrada en la edición de artículos, pero también en su revisión, ajuste en la redacción científica y preparación de informes de recomendación para revisores y revistas. Debido a su experiencia de trabajar en diversos sectores, ahora depende menos del mercado laboral académico para la seguridad financiera y laboral. Esto le resulta tranquilizador, dada la creciente tendencia -en el mercado laboral académico-.a los contratos cortos y de duración determinada.

(d) Asegúrese de que el entorno de investigación le resulte adecuado

Si bien puede no ser realista la prioridad de hallar el entorno de investigación adecuado para uno mismo, es fundamental tener en cuenta el entorno de investigación en las propias decisiones, así como identificar al supervisor y a los laboratorios adecuados para la beca de retorno.

(e) Mantenga y potencie su curiosidad científica

Una de los beneficios de alejarse de la carrera de investigación fue la posibilidad de leer y pensar de forma independiente, sin otro propósito que satisfacer la propia curiosidad. Ello le permitió generar ideas que ahora puede investigar en el laboratorio; por ejemplo, una forma de ver las mitocondrias que no había considerado anteriormente. Tiene muy claro que investigar implica mucho más que trabajar en una institución de investigación. Está sumamente motivada para pensar, observar, desafiar, probar, leer, escribir, aprender algo nuevo y hablar con otros, así como desarrollar nuevas ideas e intereses.

Conclusión

Concluye señalando que una pausa en la trayectoria de investigación no tiene por qué obstaculizar la futura progresión profesional: Como parte de un entorno de investigación más inclusivo y diverso, es necesario ampliar las propias definiciones de lo que significa ser un investigador y desarrollar una carrera de investigación, de manera que quienes enfrentan la finalización de sus contratos o a los inevitables desafíos de la vida puedan estar seguros de que sus carreras de investigación pueden ramificarse, o incluso detenerse, pero no terminar.