Newsletter DPT Nro. 70

ISSN 2618-236X

Marzo / 2022

NOTICIAS DE INTERES GENERAL

Factores comunes en salud cardíaca y cerebral

Las evidencias empíricas

La presente reseña incluye dos artículos referidos a la afinidad de factores asociados a la salud cardíaca y la cerebral. En el primero (1) se postula, con base en estadísticas de la American Heart Association (AHA), que “lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro”. En el segundo (2) se presentan proyecciones globales sobre demencia -y factores asociados- hacia el año 2050, con datos provenientes del estudio multinacional “Global Burden of Disease”.

 

1.- Primer artículo: Lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro: Actualización estadística de la American Heart Association (AHA) (1.1.) (1.2.)

La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), junto con los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), difunde anualmente estadísticas actualizadas sobre: (a) enfermedades cardíacas y circulatorias (incluidos accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas congénitas, trastornos del ritmo, aterosclerosis subclínica, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, enfermedad valvular, enfermedad venosa y enfermedad arterial periférica), (b) comportamientos básicos de salud (tabaquismo, actividad física, dieta y control del peso), (c) factores de salud (colesterol, presión arterial y control de la glucosa) que contribuyen a la salud cardiovascular, y (d) otros factores asociados (calidad de la atención, procedimientos y costos económicos). La presente reseña se refiere a la actualización de 2022 de las Estadísticas de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares de la AHA (*).

Aspectos destacados del informe

Si bien la enfermedad cardíaca continúa siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, las enfermedades cerebrales, especialmente la enfermedad de Alzheimer y la demencia, están aumentando sustancialmente y, a menudo, están asociadas con muchos de los factores de riesgo de enfermedades cardíacas, incluyendo alta presión arterial, obesidad, diabetes y tabaquismo.

Los mismos factores de riesgo que contribuyen a que las enfermedades cardíacas sean la principal causa de muerte en todo el mundo también afectan la creciente prevalencia mundial de enfermedades cerebrales (accidentes cerebrovasculares, enfermedad de Alzheimer, demencia). Mantener un peso saludable, controlar la presión arterial y mantener otros hábitos de vida saludables para el corazón también puede contribuir a una buena salud cerebral.

El aumento en las tasas globales de mortalidad atribuidas a la enfermedad de Alzheimer y otras demencias en los últimos diez años (44%) es más del doble del aumento de las tasas de mortalidad por enfermedades cardíacas (21%) durante ese mismo período.

Durante los últimos 30 años (1990-2020) la prevalencia mundial de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias ha aumentado en más del 144% y las muertes han aumentado en más del 184%.

De los 55 millones de casos de enfermedad de Alzheimer y otras demencias registrados en todo el mundo en 2020, 20 millones son de varones y 35 millones de mujeres. Más del doble de mujeres que de varones murieron a causa de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Cada vez es más evidente que la reducción de los factores de riesgo de enfermedades vasculares puede ayudar a las personas a disfrutar de vidas más largas y saludables, libres de enfermedades cardíacas y cerebrales.

Conclusiones

Al igual que las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad de Alzheimer, la demencia y otras dolencias cognitivas representan una enorme carga emocional y económica en todo el mundo. Los datos recopilados sacan a la luz las fuertes correlaciones entre la salud del corazón y la salud del cerebro: lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro”.

La AHA y los NHI apoyarán el intercambio global de datos de investigación para contribuir a que los investigadores de todo el mundo trabajen conjuntamente para acelerar nuevos descubrimientos relacionados con la salud del corazón y del cerebro, incluida la detección temprana y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas. Las investigaciones innovadoras ayudarán a develar las causas y los factores que conducen al deterioro cognitivo y la demencia, particularmente en lo referido a la salud cardíaca y vascular, así como comprender mejor cómo la salud vascular afecta la salud cerebral y el bienestar general. Además, es fundamental entender y realizar los cambios necesarios para mejorar el tratamiento de las enfermedades cerebrales y, lo que es más importante, prevenirlas desde el principio.

 

2.- Segundo artículo: Proyecciones globales sobre demencia hacia el año 2050 (2.1.) (2.2.)

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por un deterioro de la función cognitiva superior al que podría asociarse al envejecimiento normal. Afecta a la memoria, al pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Tal deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación. La demencia es causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.

La demencia es actualmente la séptima causa de muerte en el mundo y una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores. Según predicciones del estudio multinacional “Global Burden of Disease”, que ofrece proyecciones estimadas para 204 países, se prevé que, hacia 2050, el número de adultos –de 40 años o más– con demencia se triplicará en todo el mundo: pasará de los 57 millones que había en 2019 a 153 millones en 2050. Se prevé que en la Argentina el incremento será del 116% (de 412.268 casos en 2019 a 892.180 en 2050).

El estudio analiza también cuatro factores de riesgo de demencia –el tabaquismo, la obesidad, el exceso de azúcar en sangre y el bajo nivel educativo– y destaca el impacto que dichos factores tendrán en las tendencias futuras. Por ejemplo, si bien se prevé que las mejoras en el acceso a la educación podrían reducir la prevalencia de la demencia en todo el mundo, ello podría resultar contrarrestado por las tendencias previstas en materia de obesidad, hiperglucemia y tabaquismo.

A nivel mundial, la demencia parece afectar más a mujeres que a varones. En 2019, las mujeres superaron a los varones con demencia en un 45% y se prevé que este patrón se mantendrá en 2050, no solo porque las mujeres tienden a vivir más tiempo que los varones, sino porque además hay indicios de diferencias de sexo en los mecanismos biológicos que subyacen a la demencia.

Los autores destacan la urgente necesidad de: (a) poner en marcha intervenciones adaptadas a nivel local que reduzcan la exposición a los factores de riesgo de demencia, (b) establecer políticas y planes de salud pública para abordar las problemática y las necesidades de los afectados, (c) utilizar las estimaciones de cada país para orientar los esfuerzos y decisiones de planificación nacional, (d) adoptar enfoques multifacéticos, incluida la ampliación de las intervenciones para abordar los factores de riesgo modificables y la inversión en investigación sobre mecanismos biológicos asociados a la demencia.

Referencias:

(*) Los datos de EE.UU. se recopilan en conjunto con los NHI y otras agencias gubernamentales, mientras que las tendencias globales son proporcionadas por el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington. La actualización estadística fue realizada por un grupo de redacción voluntario en nombre del Comité de Estadísticas de Epidemiología y Prevención del Consejo de la Asociación Estadounidense del Corazón y del Subcomité de Estadísticas de Accidentes Cerebrovasculares.

(1.1.) Fuente primaria: “Heart Disease and Stroke Statistics—2022 Update: A Report From the American Heart Association” Connie W. Tsao, Aaron W. Aday, Zaid I. Almarzooq, Alvaro Alonso, Andrea Z. Beaton, Marcio S. Bittencourt, Amelia K. Boehme, Alfred E. Buxton, April P. Carson, Yvonne Commodore-Mensah, Mitchell S.V. Elkind, Kelly R. Evenson, Chete Eze-Nliam, Jane F. Ferguson, Giuliano Generoso, Jennifer E. Ho, Rizwan Kalani, Sadiya S. Khan, Brett M. Kissela, Kristen L. Knutson, Deborah A. Levine, Tené T. Lewis, Junxiu Liu, Matthew Shane Loop, Jun Ma, Michael E. Mussolino, Sankar D. Navaneethan, Amanda Marma Perak, Remy Poudel, Mary Rezk-Hanna, Gregory A. Roth, Emily B. Schroeder, Svati H. Shah, Evan L. Thacker, Lisa B. VanWagner, Salim S. Virani, Jenifer H. Voecks, Nae-Yuh Wang, Kristine Yaffe, Seth S. Martin, and on behalf of the American Heart Association Council on Epidemiology and Prevention Statistics Committee and Stroke Statistics Subcommittee. Circulation. 26 Jan 2022 DOI: 10.1161/CIR.0000000000001052.

(1.2.) Fuente secundaria: “Lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro” IntraMed News, 30/01/2022

(2.1.) Fuente primaria: “Estimation of the global prevalence of dementia in 2019 and forecasted prevalence in 2050: an analysis for the Global Burden of Disease Study 2019” GBD 2019 Dementia Forecasting Collaborators. The Lancet. Open Access. Published: January 06, 2022. DOI: 10.1016/S2468-2667(21)00249-8

(2.2.) Fuente secundaria: “Salud mental: los casos de demencia en Argentina se duplicarán en los próximos 30 años” elDiarioAR -12/01/2022