N.78 – Informe mundial sobre el edadismo

La denotación del término “edadismo” incluye los estereotipos (cómo pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) hacia las personas en función de su edad. El edadismo se manifiesta cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, y menoscaban la solidaridad intergeneracional. Adopta diferentes formas a lo largo del curso de la vida; por ejemplo, podría negarse un empleo tanto a personas mayores como a jóvenes por causa de su edad; o una persona mayor podría ser discriminada, despojada de su vivienda y recluida. Se inicia en la infancia, se refuerza con la sucesiva interiorización de estereotipos y prejuicios vigentes en la cultura, e interactúa con otros factores de discriminación, como el sexismo y el racismo. El entrecruzamiento de múltiples formas de sesgo empeora aún más los efectos del edadismo en la salud y el bienestar de las personas. El edadismo se despliega an las siguientes dimensiones: (a) institucional: se refiere a las leyes, reglas, normas sociales, políticas y prácticas de las instituciones que restringen injustamente las oportunidades y perjudican sistemáticamente a las personas en razón de su edad, (b) interpersonal: surge en las interacciones entre personas, y (c) autoinfligido: surge cuando los mismos integrantes de los grupos afectados interiorizan el edadismo en contra ellos mismos.

Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocieron que el edadismo perjudica nuestra salud y bienestar y constituye un obstáculo importante para la formulación de políticas y la adopción de medidas para el envejecimiento saludable. Como consecuencia se pidió a la OMS que pusiera en marcha con sus asociados una campaña mundial de lucha contra el edadismo. Para el inicio de dicha campaña, la OMS, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas y el Fondo de Población de las Naciones Unidas elaboraron el Informe mundial sobre el edadismo. El informe está dirigido a los encargados de formular políticas, profesionales, investigadores, organismos de desarrollo y miembros del sector privado y la sociedad civil. En el misimo se define y caracteriza la naturaleza del edadismo, se resumen las mejores pruebas sobre su escala, efectos, determinantes político-institucionales y culturales, así como las estrategias para reducirlo. El informe concluye con 3 recomendaciones de estrategias basadas en pruebas científicas para reducir el edadismo y crear un mundo para todas las edades:

(a) Política y legislación: Las políticas y las leyes pueden ser útiles para reducir el edadismo contra cualquier grupo de edad; por ejemplo: (i) Políticas y leyes que aborden la discriminación y la desigualdad por motivos de edad, y (ii) Fortalecimiento de las políticas y las leyes contra el edadismo mediante la adopción de nuevos instrumentos a nivel local, nacional o internacional, y la modificación de instrumentos vigentes que permiten la discriminación por motivos de edad. Esta estrategia requiere mecanismos de observancia y órganos de vigilancia a nivel nacional e internacional que aseguren la aplicación efectiva de las políticas y las leyes.

(b) Intervenciones educativas: Las intervenciones educativas para reducir el edadismo deben incluirse en todos los niveles y tipos de educación, desde la escuela primaria hasta la universidad, y en contextos educativos formales y no formales. Las actividades educativas ayudan a mejorar la empatía, disipar las ideas erróneas sobre los distintos grupos de edad y reducir los prejuicios y la discriminación al proporcionar información precisa y ejemplos para contrarrestar estereotipos.

(c) Intervenciones de contacto intergeneracional: Promover intervenciones de contacto intergeneracional, para fomentar la interacción entre personas de distintas generaciones, puede reducir los prejuicios y estereotipos entre grupos. Estas figuran entre las intervenciones más eficaces para reducir el edadismo contra los mayores y contra los más jóvenes.