N.85 – Un relevante artículo sobre integración

El autor del artículo, José Chojrin, dirige el curso “Liderazgo proactivo: El desafío de la gestión efectiva” de CADIME e imparte cursos de extensión en el IUDPT. Su propósito es mostrar que en un complejo entorno -de incertidumbre generalizada, presiones y demandas múltiples y contradictorias, con problemas diversos y permanentes- algunos equipos de trabajo logran un alto rendimiento mediante la integración de la inteligencia artificial (IA) y el liderazgo proactivo (LP).

La IA contribuye a automatizar tareas repetitivas, procesar grandes volúmenes de información y anticipar tendencias. Por su parte, el LP puede ayudarnos a asumir responsabilidades por resultados, rendir cuentas, fomentar una cultura de confianza recíproca y, sobre todo, a liberar capacidades colectivas. La integración de la IA con la inteligencia colectiva de gestión, propia de los grupos humanos, ofrece una oportunidad sin precedentes para generar ventajas competitivas superiores.

La creatividad colectiva enfocada en lograr resultados integra y motiva. Una idea innovadora de un miembro de un equipo, que toma la iniciativa en vez de esperar órdenes, puede generar resultados superiores, nunca antes logrados. La confianza en el lugar de trabajo requiere objetivos y metas claras, así como comunicaciones precisas (qué hacer, por qué, cómo y cuándo, quién lo hará y cómo se medirán los resultados). El líder del equipo debe abrir canales de diálogo en vez de “bajar línea”. Más ideas creativas en un ambiente abierto a las opiniones y la innovación aumentan la probabilidad de encontrar mejores soluciones. Ello sólo puede ocurrir donde la confianza y el respeto mutuo permiten concentrar esfuerzos en lo que verdaderamente importa, en vez de malgastarlos en justificativos o culpables.

Tanto la IA como el LP requieren aprendizajes específicos; desaprendizajes y aprendizajes simultáneos; por ejemplo, reemplazar silos por interrelaciones, reconocer las cosas correctas, preocuparse por hacerlas bien, así como pasar de una rutina mecánica a una de coprotagonistas. Hacer tiene un costo. Hacer mejor tiene un costo extra: el de pensar en equipo. La costumbre de enfocarnos sólo en los costos de hacer, y medir sólo los resultados actuales puede destruir la iniciativa y la motivación.

No obstante, el costo más alto es el de no darnos cuenta a tiempo de la urgencia de cambiar la mentalidad y el modelo de liderazgo. El LP y la IA nos ofrecen la herramienta más potente disponible para las empresas dispuestas a recrear su estrategia de negocio empezando ya. ¡¡No dejemos pasar la oportunidad!!