N.86 – IUDPT: Merienda Tecnológica Inteligencia Artificial

En el ámbito educativo, la interacción con herramientas de inteligencia artificial (IA), como ChatGPT, tiene profundas implicancias filosóficas, desafía nuestra comprensión de la inteligencia humana, impacta en el proceso de aprendizaje y presenta límites éticos, así como diversos efectos en la relación estudiante-profesor y en el desarrollo de habilidades cognitivas y sociales.

Para reflexionar sobre dichas cuestiones, el 29 de junio tuvo lugar -en la sede del Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico (IUDPT) (*)– el evento Merienda Tecnológica “IA: Filosofía detrás de ChatGPT y su impacto en la educación”. Se trató de un encuentro abierto con el Profesor y Doctor en Filosofía, Gabriel Zanotti, miembro de número de la Academia Nacional de Educación y profesor de la Universidad del CEMA

Durante el encuentro se interactuó “en vivo” con ChatGTP, y todos los asistentes pudieron participar activamente, formular preguntas e intercambiar experiencias dentro de un clima dialógico totalmente abierto a los aportes y las diferencias.

Zanottii inició su exposición precisando las diferencias entre la inteligencia humana y la artificial. Sostuvo al respecto que la distinción inicial está asociada con la libertad. “Mientras que la inteligencia humana es libre elección, interpretación y creación, la inteligencia artificial no elige ni interpreta ni decide. Sólo calcula y deduce una conclusión de acuerdo con las premisas de las que parte”, señaló. También indicó que “la inteligencia artificial no entiende ni tiene conciencia de sí misma, ya que entender es interpretar y el conocimiento no es sólo información”. Siguiendo al filósofo Karl Popper, quien trazó las diferencias entre el mundo físico, el de las emociones humanas y el del sentido de los mensajes, enfatizó que “la inteligencia no es reducible a lo físico”.

Con base en ello, el expositor se explayó acerca del posible devenir de la inteligencia artificial. “Si el ser humano se continúa reduciendo a un comportamiento computacional y a un razonamiento meramente instrumental, queda expuesto a que los sistemas con inteligencia artificial –como el ya famoso ChatGPT- le quiten su lugar”, indicó. En esto se basa, subrayó, el temor sobre la probabilidad de que la inteligencia artificial elimine progresivamente puestos de trabajo y provoque disrupciones socioeconómicas.

Ejemplificó dicha caracterización con el sistema educativo formal. “Los docentes nos comportamos computacionalmente cuando nos limitamos a repetir información frente al alumno y luego lo “evaluamos” exigiéndole que repita lo que le habíamos repetido”, señaló. Reiteró, en ese sentido, que la amenaza de la inteligencia artificial solo es cierta cuando “reducimos el conocimiento a mera información”.

Por eso, metaforizó que “ChatGPT podría percibirse como una suerte de venganza de la tecnología capaz de anular la última línea de defensa que intentaba frenar la modificación del sistema educativo basado en la repetición”. Destacó al respecto que la función tradicional de los docentes debe transformarse y que se necesita cambiar el enfoque del sistema educativo.

“Las instituciones educativas no son ya el eje del sistema educativo. Los múltiples recursos disponibles y las habilidades adquiridas en el mundo contemporáneo habilitan una educación ubicua y accesible en diversas instancias de nuestra vida social (“educación en negro”). Los docentes ahora debemos ser eficaces tutores de estudiantes que se autoeducan y se autotransforman. Si no logramos serlo, no seremos nada”, reflexionó. Y concluyó que “si bien aún es imposible liberarnos de los referidos sesgos de la educación actual, los propios docentes pueden, como primer paso, tratar de encarar una educación que despierte el pensamiento crítico”.

El expositor fue consultado por la audiencia acerca de la petición que recientemente suscribieron más de mil especialistas en ciencia y tecnología, en pos de suspender –por un tiempo- la carrera para desarrollar e implementar sistemas de inteligencia artificial (que ni siquiera sus creadores pueden  controlar ni predecir de forma fiable), debido a la amenaza que éstos representan para el futuro de nuestra civilización. Su respuesta fue concluyente: “Elon Musk está demasiado asustado porque tal vez, por su formación, cree que la inteligencia artificial es inteligencia. Pero es filosóficamente contradictorio que algo pueda evolucionar hacia otra cosa que está en contra de su propia naturaleza”. Por más que dotemos a un algoritmo con mecanismos de “aprendizaje”, nunca podrá adquirir conciencia de sí mismo ni auténtica inteligencia. 

Concluyó enfatizando “La educación está hoy signada por incentivos perversos: se premia la repetición de datos y se castiga todo eventual cuestionamiento o diferenciación” “Se privilegia la información y se ignora su contexto, sentido y significación para sintetizarla en conocimiento”. Con relación al referido escenario, señaló que el actual sistema de “educación en blanco” nos hace perder una parte sustancial de nuestras vidas (entre los ciclos de enseñanza inicial, primaria, secundaria, universitaria y de posgrado) para encuadrarnos en una cultura computacional que privilegia la repetición y la copia en perjuicio de las capacidades de iniciativa, elección, creación, pensamiento crítico, cuestionamiento e innovación de las personas libres.

La vía para avanzar desde ese sistema con incentivos perversos hacia un sistema con incentivos positivos reside en una educación dialógica que promueva y potencie las capacidades humanas. Con esas bases podrán aprovecharse los beneficios de los avances tecnológicos (entre ellos la inteligencia artificial) sin temores de amenazas con relación a la auténtica humanidad.

El encuentro se realizó en el marco del ciclo de conferencias abiertas a la comunidad que viene desarrollando el IUDPT. En esta ocasión, participaron el rector del IUDPT, Mariano Álvarez, quien actuó como moderador del encuentro; el presidente de la Fundación DPT y fundador de la institución, Guillermo Gómez Galizia, y representantes de la comunidad académica, entre casi un centenar de asistentes.