Newsletter DPT Nro. 87
ISSN 2618-236X
Agosto / 2023
NOTICIAS INSTITUCIONALES
Probióticos: un producto biotecnológico con potenciales efectos benéficos para nuestra salud
Nota de opinión
Millones y millones de años de existencia y sólo unos cientos desde que supimos acerca de ellos. Estos microorganismos invisibles siempre estuvieron y seguirán estando en nuestra vista, fueron descubiertos por casualidad, y hoy los podemos estudiar y conocer más gracias a los avances de la ciencia y la tecnología,
Vivimos rodeados de microorganismos, que se encuentran presentes tanto dentro como fuera de nuestro cuerpo y hasta en el medio ambiente que nos circunda. Algunos de ellos, debido a sus características pueden resultar beneficiosos, pero muchos de ellos también pueden llegar a enfermarnos.
Tal es el caso de gérmenes patógenos causantes de la enfermedad conocida como “diarrea del viajero” o “enfermedad del turista”. Esta afección aqueja a personas que viajan especialmente a países subdesarrollados, donde la contaminación del agua y alimentos con microorganismos enteropatógenos representan un gran problema. Según publicaciones científicas, este tipo de trastorno produce alrededor de 50 mil casos diarios en el mundo, siendo las bacterias las principales responsables, representando entre un 60% y un 85% de los casos tratados, mientras que los parásitos y virus representan un 10% y un 5%, respectivamente.
En los últimos tiempos ha tomado gran notoriedad el consumo de probióticos como suplemento, tanto para la prevención como para el tratamiento de este tipo de enfermedad. En este sentido, el Médico clínico UBA, Dr. Claudio de Paulis explica: “Durante los días previos a un viaje se puede recurrir a la suplementación con probióticos, siempre en las dosis indicadas por el especialista que recomiende su consumo. Esto puede contribuir a minimizar los riesgos de contraer la enfermedad, pero no garantiza que no se contraiga una afección por bacterias desconocidas por nuestro sistema inmune. Los probióticos pueden inmunomodular, es decir, pueden activar la función del sistema inmunitario, pero no son una vacuna.”
Según la OMS-FAO, los probióticos son definidos como “microorganismos vivos, que cuando son ingeridos en cantidades adecuadas, confieren efectos benéficos al huésped”. En relación con esto, la Lic. en Nutrición y Profesora Titular Consulta de la Universidad del Salvador Diana Kabbache aporta: “Los probióticos llegan al intestino vehiculizándose en un alimento o en formas farmacológicas y son obtenidos mediante fermentación”. Mientras, De Paulis sostiene que los mismos “ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal, inhibiendo el crecimiento de microorganismos patógenos y estimulando el sistema inmune”.
Antiguamente se creía que el feto tenía un intestino estéril y que la colonización microbiana comenzaba recién al momento de nacer. En referencia a esto, Kabbache comenta que ese concepto está siendo resistido ya que existen cambios durante el embarazo, en el parto, la lactancia y a medida que se incorporan diferentes alimentos. Y agrega: “Cada uno de nosotros posee un microbioma intestinal único que contiene millones y millones de bacterias y otros microbios que contribuyen a mantener el equilibrio y normal funcionamiento, tanto del intestino como de todo el organismo en su conjunto”.
La actividad probiótica de un microorganismo es cepa dependiente, es decir, puede haber microorganismos que se “llamen” igual y uno presente actividad probiótica y el otro no. Por esto mismo, si bien los probióticos contribuyen a restaurar y equilibrar la microbiota, en casos específicos como la “diarrea del viajero”, algunos estudios científicos concluyen que los efectos de estos pueden variar de un individuo a otro.
Los beneficios derivados del consumo de probióticos también dependen de la cantidad de microorganismos que se consumen y de las condiciones del huésped. Entre los potenciales beneficios se pueden mencionar: (i) introducir cambios en el microambiente gastrointestinal, ya sea disminuyendo el pH o produciendo compuestos antimicrobianos, y con ello controlando la proliferación de posibles microorganismos patógenos; (ii) competir con microorganismos menos deseados ya sea por los nutrientes o bien por los sitios de unión; (iii) degradar carbohidratos; (iv) producir o liberar compuestos beneficiosos como vitaminas, compuestos antioxidantes, polifenoles, entre otros; (v) mantener la función de la barrera intestinal; (vi) existen estudios que sugieren que también actuarían enviando señales a otras partes de nuestro cuerpo al interactuar con receptores de las neuronas asociadas a nuestros intestinos.
Por otro lado, los microorganismos actualmente están siendo utilizados, no solo por su potencial acción benéfica en el huésped, sino también, en el desarrollo de alimentos “plant based” obtenidos por procesos de fermentación microbiana. En este tipo de desarrollo está trabajando la Dra. en Ciencias Biológicas UNT y Lic. en Biotecnología, Luciana Ruiz Rodríguez que, respecto de eso refiere: “En esta primera instancia buscamos bacterias que tengan propiedades de relevancia tecnológica, es decir, que sean capaces de modificar los alimentos mejorando sus atributos sensoriales y nutricionales y contribuyendo a su seguridad alimentaria. Al mejorar nutricionalmente el alimento, su consumo sería beneficioso para el consumidor, pero ese efecto no se debería a la ingesta de la bacteria en sí misma -como en el caso de los probióticos-, sino a las modificaciones que la misma realizó sobre la matriz alimentaria (producción o liberación de compuestos benéficos como vitaminas y polifenoles, reducción de compuestos antinutricionales, inhibición de potenciales patógenos, reducción de azúcares, entre otros). “Uno de los mayores desafíos en la elaboración de productos análogos lácteos a base de vegetales es lograr características sensoriales aceptables para los consumidores; por ello, uno de los principales objetivos es descubrir y seleccionar microorganismos que sean capaces de lograr esas propiedades sensoriales atractivas en estos alimentos”.
Existe todo un universo de microorganismos por seguir investigando y que podemos utilizar en nuestro beneficio, no sólo para la prevención y profilaxis de muchas enfermedades como la “diarrea del viajero”, entre otras, sino también para la mejora de bienes y/o procesos de interés para el ser humano, como en aquellos casos en los que son aplicados para mejorar la calidad nutricional y para potenciar su impacto en la salud. La ciencia y la tecnología han sido capaces de dar respuestas y solución a muchos problemas en general y, aunque existen avances significativos en materia de investigación, aún queda un largo camino por recorrer y descubrir.
Créditos
Redacción, producción y edición: Mg. Mara Alderete, Directora de la carrera de Biotecnología del Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico (IUDTP) (*); Lic. Rosana Alderete, Periodista y Comunicadora freelance, especializada en temas de salud; Delia E. Mendieta, Editora freelance.
(*) La creación y funcionamiento del IUDPT fueron autorizados provisoriamente por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 107 del 19/02/2021 (BO 22/02/2021), conforme lo establecido en el artículo 64 inciso c) de la ley Nº 24.521.
Fuentes directas:
– Dr. Claudio De Paulis. Médico Clínico UBA orientado a medicina familiar. Fundador Coaching en Salud y la Medicina del estilo de vida en la Argentina. MN° 85.830.
– Lic. en Nutrición Diana Kabbache. Profesora Titular Consulta Universidad del Salvador. MN Nº 1.133.
– Dra. Luciana Ruiz Rodríguez. Lic. Biotecnología. Doctora en Ciencias Biológicas UNT. Consultora I+D en una empresa de base tecnológica enfocada en el desarrollo de alimentos “plant based”, obtenidos por procesos de fermentación microbiana.