Newsletter DPT Nro. 95/97 - Abril/Junio

ISSN 2618-236X

Abril-Junio / 2024

NOTICIAS EDUCATIVAS Y PEDAGOGICAS
INTERNACIONALES

El fraude en la investigación-publicación científico-tecnológica - Primera parte

Fraude tradicional: Tipología, magnitud, motivaciones y estrategias de prevención, detección y control

La tensión competitiva. la presión por publicar y la vanidad conducen, en algunos casos, a incurrir en conductas inapropiadas de investigación/publicación, El denominado “fraude científico” se define como una tergiversación deliberada de autorías, marcos teóricos, métodos, datos o resultados por parte de personas involucradas en actividades de investigación. Dentro del fraude científico pueden distinguirse -por su alcance y escala- dos categorías: (1) fraude tradicional, que se practica generalmente a escala individual o grupal, y (2) fraude industrial, que se ejerce generalmente a gran escala con una combinación de tipos tradicionales. A continuación, procuraremos enunciar los principales tipos de fraude incluidos en las referidas categorías. 

(1) Fraude tradicional (a escala individual o grupal)

Los principales tipos de fraude tradicional en investigación son (*) (**):

(a) Sesgo epistémico: Adopción -tácita o explícita- de paradigmas, visiones, terminologías o modelos parciales o fragmentarios, con pretensión totalizadora, del objeto analizado. Tal sesgo puede ser inducido por prejuicios, intereses o por la presión de paradigmas hegemónicos que permean procesos cognitivos. Por ejemplo, en la evaluación de eficacia y seguridad de un determinado fármaco en el tratamiento de una patología.

(b) Invención o fabricación de datos: Incluye el uso de datos o imágenes adulterados (total o parcialmente), de experimentos no realizados o falseados, así como el uso de referencias falsas para fundamentar hipótesis o resultados infundados.

(c) Falseamiento metodológico: Incluye la presentación tergiversada de materiales, métodos o equipamiento de investigación, así como la alteración u omisión de resultados, con el propósito de exhibir aquellos que fortalecen la hipótesis de investigación, e ignorar los que podrían debilitarla o refutarla.

(d) Omisiones sustanciales: Incumplimiento de requisitos sustanciales en la investigación, tales como la declaración de eventuales conflictos de interés de los investigadores, de consulta obligatoria a comités de ética, o de obtención de consentimiento libre e informado de sujetos humanos en la investigación.

(e) Plagio: Apropiación de estudios, ideas, planteamientos, procedimientos, datos o resultados de otros, presentándolos como propios, sin hacer referencia a la fuente original.

(f) Adulteración de autorías: Inclusión, en un artículo, de coautores que no participaron en el estudio que lo sustenta.

(g) Publicaciones redundantes: Publicación en distintas revistas, de dos o más artículos similares, sin manifestarlo claramente en el momento de la presentación.

(2) Fraude industrial (a gran escala)

Durante la última década se manifiesta la profusión de tres tipos novedosos de fraude en investigación/publicación científica que suelen combinar, a gran escala, diversos tipos tradicionales de fraude.

(a) Fábricas de artículos” (“paper factories”, “paper mills”): Son organizaciones que venden autorías o coautorías de artículos espurios a supuestos “investigadores” que, ansiosos por acreditar publicaciones, están dispuestos a comprarlas-

(b) Multiplicadoras de referencias: Son organizaciones que diseminan ampliamente las referencias y citaciones de determinados artículos con el propósito de generar una falsa imagen de protagonismo de sus autores e instituciones en determinadas temáticas.

(c) Uso no declarado de herramientas de inteligencia artificial (IA): Distintas herramientas de IA generativa permiten producir artículos redundantes en gran escala, con el propósito de generar una falsa imagen de protagonismo o productividad de sus autores e instituciones en determinadas temáticas.

(d) Redes nepóticas o facciosas: Se trata de entramados constituidos por individuos que comparten afinidades (vinculares, políticas o de intereses) para apropiarse de recursos asociados a la investigación (prestigio, competitividad, subsidios, subvenciones, traslados, viáticos, etc.).

El fraude implica importantes consecuencias negativas para la ciencia, entre ellas: (a) la difusión de información falsa, errónea o redundante conlleva un engaño que puede desviar focos de atención hacia caminos inconducentes, e implica un retroceso en los avances científicos, (b) tiene graves consecuencias en términos de confusión, desconfianza e interferencia en el avance de las disciplinas. y (c) el uso de recursos en prácticas de investigación fraudulentas implica malversación, despilfarro y dilapidación .

Frente a la creciente difusión del fraude, se han desarrollado diferentes estrategias para: (a) prevenirlo (p. ej.: programas de Conducta de Investigación Responsable (RCR), (b) detectarlo, mediante evaluadores e indagadores, (c) contrarrestarlo, mediante denuncia pública, y (d) enmendarlo mediante la corrección o la retractación.

Nuestra reseña de artículos referidos al fraude en la investigación/publicación científico-tecnológica se presentará en dos partes. La primera parte, que se desarrolla en este número del Newsletter, trata sobre el fenómeno del fraude y las prácticas tradicionales (a escala individual o grupal) La segunda parte, que se desarrollará en el próximo número, trata sobre las prácticas industriales (a gran escala), así como sobre las medidas para detectar, contrarrestar y enmendar el fraude.

Esta primera parte, referida el fenómeno del fraude y las prácticas tradicionales (a escala individual o grupal) comprende diecisiete artículos. El primero (1) trata sobe la creciente preocupación de la comunidad académica por las tendencias manifiestas en el fraude científico- El segundo (2) trata sobre el cientificismo como fuente de fraude, al promover una fe ciega en propuestas con alusión a supuestos resultados verificados “científicamente”. El tercero (3) trata sobre las motivaciones tradicionales para cometer fraude científico. El cuarto (4) aborda los efectos y consecuencias del fraude científico. En el quinto (5) se enuncian factores institucionales que favorecen el fraude científico. En el sexto (6) se presenta una flagrante evidencia sobre condiciones que favorecen la publicación de artículos fraudulentos, En el séptimo (7) se cuestiona si en la investigación biomédica existe realmente un proceso de autocorrección El octavo (8) alude a la responsabilidad jerárquica por el fraude de investigadores. El noveno (9) trata sobre “Retraction Watch”; la mayor fuente de información sobre retractaciones de artículos científicos. El décimo (10) se refiere a la primera revisión nacional -ordenada por el gobierno de China- de retractaciones y de fraude en investigación. El decimoprimero (11) trata sobre el uso -por parte de investigadores chinos- de datos personalísimos sin consentimiento libre e informado de los sujetos. El decimosegundo (12) aborda un caso de fraude científico, en Francia, agudizado durante la pandemia de Covid-19. El decimotercero (13) trata sobre la donación, a instituciones de bien público, de las tarifas cobradas por el procesamiento de artículos retractados. En el decimocuarto (14) se relata un caso de contraofensiva de un investigador frente a denuncias de fraude. En el decimoquinto (15) se relata un caso de demandas contrapuestas de fraude y difamación. El decimosexto (16) trata sobre la constitución de un fondo financiero para cubrir la defensa de indagadores ante demandas por difamación. En el decimoséptimo (17) se caracteriza la aridez y tortuosidad del proceso para arribar a la retractación de un artículo publicado.

(*) “Una Revisión de los tipos de fraude científico más frecuentes” Camila Venegas, Ramón Fuentes. International Journal of Odontostomatology. vol.17 no.2. Versión on-line ISSN 0718-381X. Temuco junio 2023. DOI: 10.4067/S0718-381X2023000200200

(**) Ver además las siguientes noticias publicadas en el Newsletter DPT:

“Integridad de la investigación: Una cuestión con creciente prioridad en países con mayor desarrollo científico-tecnológico” Newsletter DPT Nº 88-90. Septiembre-Noviembre 2023

“Proliferan los artículos científicos adulterados: Cómo detectarlos y cómo evitar su propagación” Newsletter DPT Nº 86. Julio 2023

“Humildad intelectual, integridad académica y porfía editorial: El “sacrilegio” de señalar deslices en artículos publicados” Newsletter DPT Nro. 68. Enero 2022

1.- Primer artículo: El creciente fraude científico provoca creciente preocupación (1)

El fraude científico es un fenómeno en alza: sólo en 2023 se retractaron 10.000 artículos publicados, récord hasta la fecha. El propio sistema académico favorece al fraude de varias maneras: (a) la insuficiente transparencia (muchos investigadores omiten publicar los datos que sustentaron sus estudios), (b) la escasez de incentivos para compartir recursos, y (c) el esfuerzo requerido para crear bases de datos y la consecuente resistencia a compartirla con otros.

Pero la ardua competencia por los cargos académicos, además de desincentivar la transparencia, es un incentivo para el fraude en sí mismo. El lema académico “publish or perish” (“publicar o perecer”) pone en relieve la presión a la que se ven expuestos los investigadores por ofrecer resultados tangibles. Y publicar un estudio no es fácil cuando sus resultados son negativos o no significativos, ya que no interesan a las revistas. Tampoco les interesan los estudios que reproducen otros. Si bien la reproducibilidad (para validar o cuestionar resultados) es fundamental en el quehacer científico, el incentivo para reproducir estudios es escaso o nulo. Por otra parte, algunos investigadores sólo abordan temáticas en las que determinados resultados serían altamente atractivos o sensacionales. El problema es que, cuando los estudios no llegan a esos resultados, hay quienes optan por el engaño

2.- Segundo artículo: El fraude en tiempos de cientificismo: Sus manifestaciones, efectos e impactos (2.1.) (2.2.)

En tiempos de cientificismo (fe ingenua en la ciencia), todo lo que “suene” a ciencia se vende mejor y más caro. El cientificismo se viene infiltrando y calando en la sociedad. Una clara manifestación de ello reside en la escasa consideración de la incertidumbre de los resultados de muchas investigaciones; por ejemplo, cuando se dan por definitivos resultados procedentes de unos pocos estudios, realizados sin el suficiente rigor y que, además, pueden ser contradictorios. Esta confianza ingenua es aprovechada por todo tipo de mercaderes y publicistas para vender sus productos o servicios.

Se estima que los 6 millones de investigadores científico-tecnológicos que, según la UNESCO, existen en el mundo, publican anualmente unos 2 millones de artículos en unas 40.000 revistas internacionales, en inglés en su gran mayoría. Estas revistas representan una industria editorial que manejaría unos U$S 20.000 millones anuales, ubicándose así entre las industrias del cine y de la música. Dado que una revista puede exigir el pago de entre U$S 1.500 y 5.000 para publicar un artículo, algunos inversores han visto una oportunidad de negocio y el número de revistas científicas ha ido creciendo con calidad menguante. Por otra parte, se ha desarrollado toda una industria que mide el impacto de las revistas con base en las veces que los artículos que publican son citados por otros investigadores. Ello dio lugar a la aparición de unos indicadores que -se supone- miden el “impacto”, habiéndose creado una idolatría hacia el “impacto” y una picaresca lamentable. Todo ello pervierte el sistema de publicaciones y constituye un fraude continuado en países carentes de Buenas Prácticas Científicas enraizadas. A las instituciones académicas les cuesta analizar posibles casos de malas prácticas y llegar a medidas disciplinarias, en parte por tradición corporativista, pero también porque sus pautas de conducta contribuyen frecuentemente a pervertir el sistema.

3.- Tercer artículo: Fraude científico: Las motivaciones tradicionales para cometerlo (3)

Se pueden considerar dos tipos distintos de fraude científico: (a) fraude tipo 1 (inconsciente y motivado por la hipótesis): el investigador, en pos de validar su hipótesis, va desplazando el umbral de lo aceptable e incurre en prácticas progresivamente menos éticas; y (b) fraude tipo 2 (consciente y motivado por presiones): el investigador, presionado por obtener resultados atractivos, salta abiertamente el umbral de lo aceptable e incurre en prácticas fraudulentas. Al fraude tipo 2 contribuyen presiones externas, como la necesidad de publicar (“publicar o perecer”), intereses, o presiones internas (vanidad), Desde la perspectiva intelectual, es mucho más interesante el fraude tipo 1, consustancial al desarrollo mismo de la actividad científica. Siempre se afirma que para ser innovadores hay que pensar “fuera de la caja”. Esta “caja” puede identificarse con el paradigma vigente (Thomas Kuhn). y con la alternancia de “períodos de ciencia normal” y “momentos de revolución” Concluye señalando la necesidad de salir del centro del paradigma vigente para afrontar las revoluciones que darán lugar a avances significativos. Pero ese camino es peligroso: es fácil dejarse llevar por la ilusión y ver revoluciones donde no las hay.

4.- Cuarto artículo: Fraude científico: efectos, consecuencias y motivaciones (4.1.) (4.2.)

Los fraudes en investigación biomédica pueden resultar peligrosos, ya que los resultados pueden emplearse para elaborar protocolos clínicos y tratamientos, o inducir creencias o movimientos peligrosos para la salud pública, como los movimientos antivacuna. Además de la búsqueda de prestigio y de beneficio económico, la cuestión del fraude abre el debate sobre la presión que experimentan los investigadores para publicar (“publish or perish”: “publica o perece”). Pero: ¿Realmente son las publicaciones el factor central del mérito de un investigador? Se sabe que la investigación implica un proceso lento, con experimentos que pueden insumir varios años Se sabe también que muchos estudios tienen resultados negativos y que ninguna revista estaría dispuesta a publicarlos, sin perjuicio del valor de tales resultados y del esfuerzo e inversión que han requerido. Por todo ello, y aunque nada justifique un fraude, es posible que algunos investigadores -con insuficiente conciencia ética- se vean tentados a falsear sus datos o resultados para poder seguir investigando. Por otro lado, existen casos de supuestas “revistas científicas” que exigen aranceles económicos para publicar artículos y cuya ganancia proviene de atraer a investigadores con ansias de publicar, y cuyos trabajos han sido rechazados en revistas más rigurosas.

5.- Quinto artículo: Factores institucionales que favorecerían el fraude (5)

Recientes cifras publicadas revelan que la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. (NSF) recibió 54 denuncias de mala conducta en la investigación en el ejercicio financiero 2022-23: 33 fueron por plagio, mientras que 21 fueron por falsificación o invención de datos o resultados. Los investigadores financiados por la NSF tienen alrededor del doble de probabilidades de ser declarados culpables de mala conducta que los financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE.UU. El 90% de los investigadores de la NSF indagados por mala conducta fueron declarados culpables, en comparación con el 40% de los financiados por los NIH. Aunque el NIH otorga cuatro veces más subvenciones que la NSF, esta última registra alrededor de 2,5 veces más informes de mala conducta en investigación. En el artículo aquí reseñado se analizan los factores institucionales, así como las características de las investigaciones, las instancias de contralor y evaluación, los mecanismos de indagación y sanción, así como las normas de publicidad o confidencialidad, que podrían determinar o condicionar las marcadas diferencias. Concluye señalando la prioridad de controlar activamente por qué las instituciones tienden a desestimar o demorar el tratamiento de acusaciones de mala conducta en investigaciones financiadas por los NIH o por la NSF. La solución requeriría conservar registros de todas las acusaciones y establecer -para su seguimiento- normas de auditoría reconocidas por el gobierno. Ello representaría “un importante paso adelante para abordar los conflictos de intereses que involucran a agencias gubernamentales y a las entidades que supervisan”.

6.- Sexto artículo: Trasgresión de límites: una flagrante evidencia sobre cómo publicar artículos manifiestamente fraudulentos (6.1.) (6.2.)

El famoso “escándalo Sokal” fue un engaño perpetrado por el físico Alan Sokal para poner en evidencia el insuficiente rigor que exhiben ciertas revistas científicas en la evaluación y aceptación de artículos para publicar. En 1996, Sokal, profesor de física en la Universidad de Nueva York, envió un artículo seudocientífico para publicar en la revista de estudios culturales Social Text. Su objetivo era verificar la siguiente hipótesis: “Una revista de humanidades publicará un artículo plagado de sinsentidos, siempre y cuando: a) Suene bien; y b) Apoye los prejuicios ideológicos de los editores contra las ciencias empíricas». El artículo, titulado «Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity»​ («Trasgrediendo las fronteras: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica»), que fue publicado por Social Text en su número de primavera/verano 1996, sostenía la asombrosa tesis de que la gravedad cuántica es un “constructo social”; es decir, que la gravedad existe solamente porque la sociedad se comporta como si existiera; por lo tanto si no se creyera en ella no tendría efecto. El mismo día de su publicación, Sokal clarificó, en otra revista -Lingua Franca- que el artículo de Social Text era un engaño. El hecho causó un escándalo académico en la Universidad de Duke, entidad que publicaba Social Text. Sokal dijo que su artículo era «un pastiche de jerga posmodernista, reseñas aduladoras, citas grandilocuentes fuera de contexto y un rotundo sinsentido», que se «apoyaba en las citas más estúpidas que había podido encontrar sobre matemáticas y física» formuladas por académicos de humanidades genéricamente calificados como «posmodernos». Por su parte, los editores de Social Text argumentaron que el artículo de Sokal fue una traición fraudulenta a su confianza, dado que en 1996 -debido a una apertura de la política editorial hacia investigaciones menos convencionales- la revista no sometía a los artículos recibidos a una revisión por pares académicos, y que dicha revisión tampoco es necesariamente útil para detectar fraude intelectual. Sokal y Bricmont publicaron en 1997 “Imposturas intelectuales”, donde ampliaban sus tesis y procuraban demostrar que determinados intelectuales «posmodernos», como Lacan, Kristeva, Baudrillard y Deleuze utilizaron abusivamente conceptos provenientes de las ciencias fisicomatemáticas, sin preocuparse por su pertinencia o sentido, y negando la importancia de la verdad. Además, el ensayo incluyó una dura crítica a un relativismo epistémico que considera a la ciencia como «un relato más».

7.- Séptimo artículo: ¿Se autocorrige realmente la investigación biomédica? (7.1.) (7.2.)

Si bien la ciencia debería autocontrolarse y autocorregirse, es cada vez mayor la proporción de investigaciones biomédicas publicadas que no son reproducibles. El estudio aquí reseñado presenta un modelo simple para capturar la dinámica del ecosistema de publicaciones, explorando los factores que influyen en la confiabilidad, el esfuerzo correctivo y el tiempo de corrección. El modelo también sugiere condiciones para que la ciencia biomédica se autocorrija y aquellas bajo las cuales no puede contenerse la propagación de resultados no confiables. Finalmente, se sugieren posibles estrategias de mitigación de anomalías, incluyendo intervenciones impulsadas por investigadores y editores. La pandemia Covid-19 mostró que una parte de la investigación puso en riesgo la salud pública. En 2020, Donald Trump proclamó la hidroxicloroquina como una panacea contra la Covid-19 basándose en un análisis defectuoso, y trabajos posteriores que encumbraron a la ivermectina incitaron la atención mundial, la cual persistió aun cuando diversos análisis posteriores cuestionaron la eficacia de ambos fármacos. En consecuencia, millones de personas gastaron en tratamientos ineficaces, inadecuados y con potencial nocivo. La crisis de reproducibilidad es un problema grave en medicina, dado que las decisiones clínicas (que pueden determinar vida o muerte) pueden depender de los resultados de la investigación. Ante la carencia de estímulos para reproducir y corregir, así como para difundir resultados nulos, rara vez se encaran estudios de replicación y los resultados nulos suelen ocultarse, mientras se favorecen indebidamente los hallazgos espurios. Si bien es tan importante saber que un determinado tratamiento no tuvo ningún efecto como saber que sí lo tuvo, sólo esto último es valorado. Una reciente revisión señaló que la biomedicina carece de transparencia y de evaluación crítica. Muchos artículos publicados exhiben groseros problemas metodológicos y resultados espurios determinados por falsos positivos, diseños experimentales deficientes o incluso de fraude deliberado. Según algunas estimaciones, se considera que la “investigación basura” constituye hasta el 85% de la producción en ciencia biomédica. Incluso cuando se retractan, tas “publicaciones fantasmas” pueden seguir siendo citadas durante décadas hasta ser retiradas de la literatura. Las prácticas turbias ofrecen ganancias potenciales y no son penalizadas. Concluye destacando que deberían destinarse más recursos a la verificación y corrección de resultados de investigación. Como ese tipo de indagaciones -de trastienda- no son atractivas ni motivan subvenciones, se ha creado un sistema en el cual algunos investigadores jóvenes llegan a creer que es mejor [para sus carreras] publicar resultados falsos que ser diligentes y tal vez no encontrar resultados significativos.

8.- Octavo artículo: Responsabilidad jerárquica por el fraude de investigadores (8)

Dos integrantes de un equipo de investigación aseguraban que un tercer integrante (“John”) había “inventado” sus resultados porque nunca había usado los equipos necesarios para obtener datos que ya se habían presentado en varias conferencias y que el equipo estaba usando para componer un artículo que supuestamente tendría un gran impacto en el campo temático. Con base en esas sospechas el líder del equipo llamó al oficial de integridad de la universidad y se reunió con el decano. También contrató a un ex investigador senior del laboratorio, para reproducir los experimentos más críticos. Allí quedó confirmado el fraude. Esta experiencia resultó traumática para todos los integrantes del equipo, que habían compartido con “John” muchas horas en el laboratorio y les preocupaba arruinar la carrera de un colega valorado y respetado. Se revisaron cuadernos de laboratorio, informes, muestras, equipos, impresiones y computadoras para realizar exámenes forenses. Los miembros del laboratorio dieron testimonio grabado y el líder del equipo se reunió con la junta de investigación de la facultad. Se indagaron las posibles motivaciones de “John” y también los motivos por los que el líder no había prevenido ni detectado el fraude. El líder, quien era sumamente reconocido en su campo, debió reconocer y enfrentar su propia “complicidad” implícita en el caso. En su anhelo por liderar un descubrimiento trascendente y sorprendente, quiso creer que los supuestos hallazgos de “John” eran reales e imaginó que aportarían al equipo un amplio reconocimiento por parte de la comunidad científica. Para el laboratorio, además del tiempo perdido y de los recursos dilapidados, este fraude afectó gravemente su reputación y credibilidad. El líder se jubiló varios años después del incidente. Cuando tuvo tiempo y ánimo para reconsiderar lo ocurrido, se preguntó con qué frecuencia otros directores de laboratorio incurren en errores similares. Si bien durante la época del incidente procuró evitar las referencias al fraude ante sus colegas, ahora cree que ello fue equivocado, ya que otros podrían haber aprendido de los errores que él cometió.

9.- Noveno artículo: Retraction Watch: la mayor fuente de información sobre retractaciones de artículos científicos y su financiamiento (9.1.) (9.2.)

Los motivos que llevan a una editorial o una revista científica a retractarse de un artículo ya publicado son las evidencias de: (a) error, o (b) mala conducta científica (por ejemplo: plagio, adulteración o invención de datos o imágenes, manipulación de resultados o conflictos de interés no declarados, etc.). Desde hace tiempo, la segunda es la causa más común de retractación, Retraction Watch (*) es el sitio web y base de datos que rastrea las retractaciones en la literatura académica. Fue fundado en 2018 por dos inquisidores de artículos biomédicos (Ivan Oransky y Adam Marcus), y su base de datos -que incluye el motivo de la retractación- está curada por expertos y cubre múltiples disciplinas. Hasta ahora se financió cobrando tarifas de licencia a los desarrolladores que utilizan la base de datos, así como con diversas subvenciones y donaciones. Ahora Retraction Watch está uniendo fuerzas con otra publicación sin fines de lucro, Crossref, con el objetivo de ayudar a investigadores y revistas a identificar artículos que han sido retractados. El acuerdo vinculará la información sobre las 42.000 retracciones en la base de datos de Retraction Watch con el sistema de identificación de objetos digitales de Crossref a cambio de un apoyo financiero de Crossref durante 5 años: 175.000 dólares por adelantado y 120.000 dólares cada año, con un aumento anual del 5%. Ello permitirá a la organización sin fines de lucro The Center For Scientific Integrity (**) (matriz de Retraction Watch) contratar a un miembro adicional para el equipo que actualmente mantiene la base de datos. El apoyo financiero de una organización sin fines de lucro como Crossref elimina el posible conflicto de intereses emergente de aceptar tarifas de licencia de editores que pueden ser cuestionados por Retraction Watch.

 

(*) Retraction Watch: https://retractionwatch.com/

(**) The Center for Scientific Integrity: https://retractionwatch.com/the-center-for-scientific-integrity/

10.- Décimo artículo: China: Primera revisión nacional de retractaciones y de fraude en investigación (10)

La reputación de la ciencia china resulta gravemente afectada por el gran número de retractaciones que ha “padecido” durante los últimos años. Por tal motivo, las universidades chinas estarían completando: (a) una auditoría de los trabajos de investigación retractados, y (b) una indagación de mala conducta en la investigación. Según un comunicado del 20/11/2023 del Departamento de Ciencia, Tecnología e Informatización, del Ministerio de Educación de China, las universidades debían presentar al gobierno -antes del 15/02/2024- una lista completa de todos los artículos académicos retirados de revistas en inglés y en chino en los últimos 3 años, indicando por qué se retractaron los artículos e indagando los casos de mala conducta, Los investigadores con artículos retractados tendrían que explicar si la retractación se debió a una mala conducta o a errores “honestos” identificados en los propios trabajos. El gobierno ordenó dicha autoevaluación luego de que Hindawi, una filial de la editorial Wiley con sede en Londres, se retractara de un gran número de artículos de autores chinos. Según el comunicado, estas retractaciones, junto con las de otros editores, “afectaron negativamente la reputación académica y el entorno académico de nuestro país”. En 2023 se alcanzó un récord: resultaron retractados más de 10.000 artículos de investigación con autores chinos. Esta es la primera operación nacional de este tipo en materia de indagación de retractaciones. Los esfuerzos anteriores del gobierno chino se limitaron a emitir nuevas directivas de integridad de la investigación. Cabe esperar que se realice una revisión similar cada año “para ejercer más presión” sobre los autores y las universidades para que supervisen la integridad de la investigación.

11.- Decimoprimer artículo: China: Uso de datos personalísimos sin consentimiento libre e informado (11)

El bioinformático Yves Moreau de la KU Leuven (Lovaina, Bélgica) logró que la revista Molecular Genetics & Genomic Medicine se retractara de18 artículos, de instituciones chinas, por haberse recolectado muestras genéticas de poblaciones vulnerables en China, sin disponer del consentimiento libre e informado de los sujetos. Señala que éste parece ser el mayor conjunto de retractaciones jamás realizado por cuestiones éticas y de derechos humanos. Los estudios retractados se centran, en gran medida, en marcadores genéticos que pueden utilizarse para identificar individuos y distinguir grupos étnicos. La mayoría de los artículos se centraron en grupos minoritarios sometidos a intenso control por parte del aparato de seguridad chino y los sujetos pueden haber enfrentado presiones para cooperar en las investigaciones. Pero la carencia de consentimiento informado se manifiesta también en estudios de la mayoría china Han. Por otra parte, los equipos de investigación exhiben altas proporciones de investigadores afiliados a la policía y al sistema judicial. Moreau señala que el perfil de ADN podría usarse para vigilar y controlar a las poblaciones minoritarias. El artículo concluye reseñando una charla con Moreau sobre su campaña para mejorar las prácticas de consentimiento libre e informado y sus planes de avance.

12.- Decimosegundo artículo: Un caso de fraude científico en Francia (12)

En enero pasado, la revista de la Sociedad Estadounidense de Microbiología (ASM), que había publicado artículos de un prominente investigador francés de enfermedades infecciosas, anunció que se retractaría de todos ellos, al verificar que no habían sido revisados por uno de los comités nacionales de ética, violando así la ley francesa y la Declaración de Helsinki (un documento internacional sobre ética en la investigación clínica). El investigador cuestionado -Didier Raoult- dijo que la ASM se retractó de los artículos sin tomar en cuenta las refutaciones de su equipo a las críticas de un grupo de “acosadores”. Raoult es uno de los investigadores más relevantes, reconocidos, galardonados y citados en su campo. El 11/03/2020, el ministro de salud francés, Olivier Véran, lo invitó a unirse al Consejo Científico para asesorar al gobierno sobre la pandemia de Covid-19. Unos días más tarde, Raoult y su equipo publicaron en la Revista Internacional de Agentes Antimicrobianos un artículo “explosivo”, informando que habían descubierto que la hidroxicloroquina (HCQ) combinada con el antibiótico azitromicina era un tratamiento eficaz contra el Covid-19. Así se difundió el entusiasmo por la HCQ y hasta la promocionó el entonces presidente estadounidense Donald Trump. El 26/03/2020, con fuerte resistencia de otros miembros del Consejo Científico, Véran emitió un decreto que permitía recetar HCQ a pacientes hospitalizados con Covid-19. Desde marzo de 2020 se manifestaron cuestionamientos técnicos y éticos por esos trabajos, pero los críticos enfrentaron amenazas de acciones legales por “acoso y chantaje”. Los críticos señalan que la respuesta institucional del gobierno francés fue débil, con fracasos en todos los niveles: en el Ministerio de Salud; en el sistema de justicia; dentro de la junta de hospitales universitarios y regionales, y en la L’Agence nationale de sécurité du médicament et des produits de santé (ANSM), que sólo llevó a cabo una inspección completa después de que las investigaciones de los medios develaron los problemas. Los editores de revistas también tardaron demasiado en reaccionar. Parte del fracaso radica en que la legislación francesa sobre ética de la investigación, al permitir que algunos estudios en humanos se realicen sin aprobación ética, no está en sintonía con los estándares internacionales. La demora en la respuesta institucional también puede asociarse a la estrecha relación entre los poderes políticos y las instituciones científicas. Preocupa especialmente que la laxa respuesta de dichas instituciones muestra que ese tipo violaciones a la integridad no tienen penalizaciones acordes con su gravedad.

13.- Decimotercer artículo: Donan a instituciones de bien público las tarifas cobradas por el procesamiento de artículos retractados (13)

IOP Publishing es una editorial científica de propiedad del Institute of Physics (Bristol, England). Su portafolio editorial, que incluye más de 90 revistas, refleja el crecimiento y evolución de las disciplinas, así como su creciente naturaleza interdisciplinaria. Recientemente IOP Publishing se comprometió a donar, a la organización sin fines de lucro Research4Life, todo lo recaudado por “tarifas por procesamiento” de artículos retractados. Research4Life ofrece una plataforma que provee -a países de ingresos bajos y medios- acceso en línea gratuito o de bajo costo a publicaciones académicas y profesionales revisadas por pares. Miriam Maus, directora editorial de IOP Publishing, afirmó: “En ocasiones, los artículos son retractados y retirados del registro académico por malas prácticas, por ejemplo, por plagio”,. “Si bien no podemos reembolsar el dinero a los autores (por razones obvias), tampoco es correcto quedárnoslo. Por eso decidimos donarlo a Research4Life”, añadió. En su anuncio, IOP Publishing extendió una invitación a otras organizaciones a seguir su ejemplo, proporcionando detalles de contacto para quienes buscan más información sobre cómo unirse a este movimiento.

14.- Decimocuarto artículo: Un caso de contraofensiva frente a denuncias de fraude (14.1.) (14.2.)

En EE.UU., el investigador del clima Michael Mann (Universidad de Pensilvania en Filadelfia) resultó favorecido en una demanda por la que acusó de difamación a dos comentaristas que cuestionaron su investigación. El caso surge de una publicación, en 2012, del Competitive Enterprise Institute (CEI), que cuestionó a Mann por “haber forzado datos, al servicio de una ciencia politizada, con posibles consecuencias económicas nefastas para la nación y el planeta”. Posteriormente, otro autor acusó a Mann de fraude en un blog publicado por la revista conservadora National Review. En el mismo año 2012, Mann demandó por difamación a ambos autores. Tras un juicio en el Tribunal Superior de Washington DC, el jurado ordenó pagar un millón de dólares en concepto de daños. Esa decisión del jurado llegó en un momento de creciente polarización política en que muchos investigadores fueron sometidos a acoso verbal durante más de una década, mientras que muchos investigadores de la salud pública enfrentaron ataques similares desde el inicio de la pandemia de Covid-19. Se señala que el caso de Mann fue inusualmente claro, ya que sus hallazgos fueron respaldados por instituciones como la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. (que le proporcionó financiamiento), y la Universidad Estatal de Pensilvania, su antiguo empleador, que confirmó los resultados de su investigación. Mann dijo a Nature que espera que la victoria “señale el comienzo del fin de la temporada abierta contra los científicos por parte de actores ideológicamente motivados”.

15.- Decimoquinto artículo: Un caso de demandas contrapuestas (15.1.) (15.2.)

Una investigadora altamente reconocida, a quien 3 indagadores acusaron públicamente de haber falsificado datos en 4 publicaciones, presentó una demanda por 25 millones de dólares contra la Harvard Business School (HBS) y contra los indagadores, por daños a su reputación y pérdida de ingresos y oportunidades profesionales. Según una indagación completada el año pasado por la HBS, esta investigadora -especializada en cuestiones de honestidad- “cometió mala conducta en la investigación de manera intencional, consciente o imprudente”. El informe de HBS, de casi 1.300 páginas, incluye las conclusiones del comité de investigación, transcripciones de entrevistas realizadas, respuestas escritas de la acusada y de diversos testigos, así como el informe de una empresa forense contratada por la HBS. Pero últimamente se habría verificado también que la investigadora habría incurrido, además, en sucesivas prácticas de plagio.

16.- Decimosexto artículo: Un fondo financiero para cubrir la defensa de los indagadores ante demandas de difamación (16)

Hasta hoy, publicar una crítica sobre un artículo de investigación (aun cuando éste resulte retractado) expone al indagador a demandas por supuesta difamación que pueden resultar ruinosas. Dado que muchos indagadores de investigaciones carecen de apoyo institucional, podrían resultar intimidados o silenciados por la amenaza de costosas demandas judiciales. Con el propósito de prevenir y evitar tales efectos, un inversor de Silicon Valley creó un Fondo para la Integridad Científica, con un aporte inicial de 1 millón de dólares, para ayudar a afrontar costas legales a indagadores demandados por denunciar investigaciones fraudulentas. Este Fondo aceptará solicitudes de indagadores que, habiendo formulado críticas basadas en evidencia de buena fe, enfrenten amenazas legales concretas. Proporcionará subvenciones de hasta U$S 25.000 para ayudar a los indagadores a obtener asesoramiento jurídico o asistencia administrativa en las etapas iniciales del proceso judicial. Se prevé patrocinar una campaña de financiamiento colectivo para recaudar fondos, ofreciendo a los donantes el apoyo a una causa deducible de impuestos.

17.- Decimoséptimo articulo: Identifican 300 artículos científicos para retractación, pero el proceso es tortuoso (17)

Durante la última década, un equipo de indagadores de fraude notificó a 78 revistas sobre problemas de integridad en casi 300 artículos de 2 médicos japoneses. Casi la mitad fueron retractados, lo que ubica a sus autores (Yoshihiro Sato y Jun Iwamoto) en el 4° y 6° lugar, respectivamente, entre los autores con más retractaciones en Retraction Watch. Pero cuando los indagadores de fraude comunican sus hallazgos a los editores, suele trascurrir un largo tiempo hasta que las revistas respondan a las preguntas (frecuentemente no responden), dispongan la corrección de algunos artículos, adopten medidas editoriales, se retracten (en una minoría) o marquen algunos artículos con alertas. El mismo Committee on Publication Ethics (COPE) recomienda a los editores de revistas que, antes de actuar, aguarden los resultados de las indagaciones de las instituciones donde se originaron los artículos cuestionados. Por tanto, mientras las propias instituciones no indaguen y difundan los resultados, impera un “frustrante estancamiento” en la clarificación de problemas. Las eventuales retractaciones suelen producirse (cuando se producen) varios años después de los cuestionamientos, supeditadas a los resultados de indagaciones institucionales que -cuando se realizan- suelen ser lentas y escasamente confiables, dado que a muchas instituciones les resulta conflictivo cuestionar a su propio personal académico. El artículo concluye cuestionando si los editores debieran realmente esperar los resultados de las indagaciones institucionales para adoptar las medidas pertinentes ante artículos con evidentes problemas de integridad.

Referencias:

(1) “Algunos investigadores están cada vez más preocupados por el fraude: el problema está en el mismo sistema” Por Pablo Martínez-Juarez. Xataka. 3 febrero 2024

(2.1.) “Tiempos de cientificismo: Sobre la fe ingenua en la ciencia, sus manifestaciones y los problemas que ocasiona” Por Gonzalo Casino. IntraMed / Fundación Esteve. Puntos de vista. Escepticemia. 02 Sep 2023

(2.2.) “El fraude continuado en el sistema de publicaciones científicas: Las reglas de la administración pública no permiten aplicar medidas disciplinarias para combatir la picaresca lamentable en la ciencia” Por Mario Bermudo Pere Puigdomènech. El País. 2811/2023

(3) “Fraude científico (III). Profundizando en los dos tipos de fraude” por Joaquín Sevilla. Cuadernos de Cultura Científica. 19 de agosto, 2015.

(4.1.)Los mayores fraudes científicos de la historia” Por Victoria González y Sarah Romero. Muy Interesante. 03.10.2023.

(4.2.) “Journals need to provide better guidance for victims of plagiarism” Andrew M Colman, Tim Stokes, Elaine Gurr, Carolyn Tarrant. Opinion BMJ (British Medical Journal) 2024:q226; 384. 29 January 2024. DOI: 10.1136/bmj.q226.

(5) Why is plagiarism apparently more common in research funded by the NSF than the NIH? By Dalmeet Singh Chawla. Chemistry World. © Royal Society of Chemistry. 15 March 2024

(6.1.)Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity” Alan D. Sokal. Department of Physics. New York University. November 28, 1994; revised May 13, 1995. his article was published in Social Text #46/47, pp. 217-252 (spring/summer 1996).

(6.2.)Escándalo Sokal” Wikipedia.

(7.1.) “Is biomedical research self-correcting? Modelling insights on the persistence of spurious science” By David Robert Grimes. Royal Society Open Science. The Royal Society Publishing. Research articles. 31 January 2024. DOI: 10.1098/rsos.231056

(7.2.) “Predatory publishing goes to the dogs” Science Adviser. 14th March, 2024

(8) “When a postdoc in my lab committed fraud, I had to face my own culpability” By Rosalind A. Coleman. Science. Careers Working Life. 21 Dec 2023 A version of this story appeared in Science, Vol 382, Issue 6677. DOI: 10.1126/science.zcnb8g8.

(9.1.) “Scientific retractions may become easier to spot as Retraction Watch finds new partner: Five-year deal will share journal watchdog’s widely used database with Crossref in return for stable funding” By Jeffrey Brainard. Science. 12 Sep 2023. Science Insiderscientific Community: DOI: 10.1126/science.adk8174

(9.2.)La retractación de artículos como un problema sistémico”. Por Georgina Araceli Torres Vargas

(10) “Universities must declare all their retractions and launch investigations into misconduct cases; a Nature analysis reveals that since 2021 there have been more than 17,000 retractions with Chinese co-authors” By Smriti Mallapaty. Nature. News. Article.12 February 2024. DOI:10.1038/d41586-024-00397-x

(11) “Ethics is not a checkbox exercise.’ Bioinformatician Yves Moreau reacts to mass retraction of papers from China: A genetics journal has pulled 18 studies over concerns that study participants did not give free consent”. Bydennis Normile, Science. 20 Feb 2024. DOI: 10.1126/science.z7cvu52

(12) The Reckoning: Didier Raoult and his institute found fame during the pandemic. Then, a group of dogged critics exposed major ethical failings” By Cathleen O’Grady. Science. ScienceInsider. News Features. 7 Mar 2024. A version of this story appeared in Science, Vol 383, Issue 6687. DOI: 10.1126/science.ztk2xhz

(13) “Institute of Physics donates authors fees from retracted papers to publishing charity” By Rebecca Trager. Chemistry World. 8 January 2024

(14.1.) “Climatologist Michael Mann wins defamation case: what it means for scientists: Jury awards Mann more than US$1 million — raising hopes for scientists who are attacked politically because of their work” By Jeff Tollefson. Nature. Nature Briefing. News. 09 February 2024. DOI: 10.1038/d41586-024-00396-y

(14.2.) “Global-scale temperature patterns and climate forcing over the past six centuries” Michael E. Mann, Raymond S. Bradley & Malcolm K. Hughes. Nature volume 392, pp. 779–787. 01 April 1998. DOI: 10.1038/33859

(15.1) Honesty researcher committed research misconduct, according to newly unsealed Harvard report: Internal investigation released during Francesca Gino’s legal proceedings against Harvard Business School. By Cathleen O’Grady. Science. Science Insider People & Events. 15 Mar 2024. DOI: 10.1126/science.zt5wi61

(15.2.) “Embattled Harvard honesty professor accused of plagiarism: Academic chapter and two books authored by Francesca Gino appear to copy from sources including student theses, blogs, and news reports” By Cathleen O’grady. Science. Science Insider. News Features. © 2024 American Association for the Advancement of Science. 9 Apr. 2024. DOI: 10.1126/science.zr9vcvp

(16) “Science integrity sleuths welcome legal aid fund for whistleblowers: Investor has pledged $1 million over 4 years” By Holly Else. Science. Science Insider. Funding. 5 Mar 2024. DOI: 10.1126/science.z2ml867

(17) “Whistleblowers flagged 300 scientific papers for retraction. Many journals ghosted them: Saga highlights how slow, opaque action by publishers threatens the integrity of the research literature” By Jeffrey Brainard, Science. 23 Jan 2024